Bajo la Catedral y el Sagrario descubren once basamentos prehispánicos

Vista de la Catedral desde
 los vestigios del Templo Mayor

Ciudad de México.- 4 de agosto del 2005.- Investigadores del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH) localizaron la esquina de uno de los tres
basamentos descubiertos en 1993 en el área del centro ceremonial del Templo
Mayor, hallazgo que los acerca a descifrar su tamaño real.

Al informar lo anterior, el arqueólogo del INAH José Alvaro Barrera Rivera
detalló que en la lumbrera 27, hallada en el atrio de la Catedral
Metropolitana, excavada por segunda ocasión después de doce años, permitió
vislumbrar parte de esa estructura prehispánica en forma de escalinata.

Desafortunadamente, dijo, aún se desconoce a quién fue dedicado lo que alguna
vez fue un templo y del cual sólo quedan vestigios, pero su descubrimiento “nos
acerca más a conocer su extensión”.

Recordó que debajo de Catedral y el Sagrario existen once basamentos que
corresponden a la primera etapa constructiva, desde los primeros asentamientos
al arribo de los mexicas en esta área hasta la actualidad.

Destacó que en un diámetro de 340 metros se ubican juntos los tres basamentos
prehispánicos, mismos que se suman a los 47 encontrados en los últimos catorce
años, de los 78 mencionados en las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún.
Comentó que de manera gradual se ha avanzado en el conocimiento de la ubicación
de los templos al interior del gran recinto ceremonial, pero sólo de uno de
cada diez se han podido establecer los límites, mientras que del total de 47
registrados, muy pocos, en un porcentaje no mayor al cuatro por ciento, se sabe
a qué deidad estaban dedicados.

El también supervisor del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Proyecto
Templo Mayor precisó que de los 440 por 380 metros cuadrados que hasta el
momento se sabe integran el centro ceremonial, sólo el diez por ciento se ha
excavado.

Los descubrimientos recientes fueron consecuencia de los trabajos de
rehabilitación del Centro Histórico que realiza el Gobierno del Distrito
Federal, y son importantes para tener una mejor comprensión de la memoria
histórica del país, además de que en palabras del arqueólogo es uno de los
factores para que pueda aplicarse el PAU.

Alvaro Barrera aclaró que seguirán los procesos de estudio, recolección,
impresión en dibujos y consulta de fuentes etnohistóricas, entre muchos otros
recursos, para especificar las características propias de estas tareas.

El trabajo arqueológico, dijo, busca presentar a mexicanos y extranjeros, la
riqueza patrimonial que conforma la integración de la cultura mestiza, e
interesar a mayor número de personas en el conocimiento de las raíces
nacionales y, por consiguiente, en su mejor valoración y recuperación.

Explicó que el Proyecto de Arqueología Urbana, creado en México en 1991, es más
amplio que la superficie del centro ceremonial, de ahí que se pueden hallar
vestigios hasta 18 metros de profundidad.

Barrera Rivera comentó que esa extensión del recinto ceremonial de Tenochtitlán
se delimitaba por un gran muro o plataforma de 40 metros de ancho, el cual se
ubica a espaldas del Templo Mayor. Estimaciones sobre la territorialidad de la
gran Tenochtitlán establecían que colindaba con lo que es hoy la estación Metro
Pino Suárez al sur; con el Eje Central al poniente; la avenida Circunvalación al
oriente; mientras que al norte aún no podrían precisarse los límites, ya que el
centro ceremonial se unía con Tlatelolco. ( Notimex )

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