“Del Medioevo al Danzón”, de Horacio Franco y Víctor Flores

Portada de una joya musical

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 9 de julio de 2005. Dos instrumentos, dos virtuosos se unen para lograr una simbiótica relación que brinda excelentes frutos: un disco lleno de sonoridades, de revelaciones, de mutaciones. Sí, “Del medioevo al danzón” (Quindecim Recordings, 2002) es un mosaico de las diversas maneras en que los pueblos se han expresado musicalmente a través de los siglos y que ahora son parte de un legado universal.

Además, esto resulta de la imbricación de dos talentosos músicos mexicanos: el flautista Horacio Franco y el contrabajista Víctor Flores, quienes logran que sus instrumentos se acoplen de manera casi perfecta (sin dificultad podríamos omitir el “casi”) para sonar majestuosos, magistrales.

De hecho, un factor a destacar es la selección de los temas que integran este disco compacto, pues es muy equilibrada, ya que permite la interacción armoniosa de ambos instrumentos, así como también la posibilidad de que cada uno brille, destaque, luzca, dando ocasión a que los músicos demuestren su dominio y virtuosismo, su pasión y sensibilidad, puesto que en cada interpretación se revela el alma y sentimiento del ejecutante.

Como se indica en el cuadernillo que acompaña al disco: “El programa ‘Del medioevo al danzón’ trata, por una parte, de unir las posibilidades expresivas y técnicas de dos instrumentos cuyo desarrollo no tiene nada que ver ni histórica ni tímbricamente, pero que funcionan excelentemente bien para ‘narrar’ una trayectoria que sí les es común: la universalidad del lenguaje musical y, por otra, demostrar que la calidad y la efectividad de este lenguaje no sólo le corresponde a un tipo de música”.

En efecto, los arreglos del maestro Horacio Franco logran que el contenido del disco sea uniforme e integrado, es decir, que se amalgaman naturalmente los sonidos de la música ‘culta’ con la ‘popular’, las piezas del repertorio clásico con las verdaderas joyas del danzón que fueron seleccionadas.

He aquí los temas que conforman “Del medioevo al danzón”: “Prelude” (de la suite BWV 997), de Juan Sebastián Bach; “Aquila altera”, de Jacopo de Bologna; “Preludio”, de Hans Friba; “Grazioso” (opus 3, núm. 11), de Rodolphe Kreutzer; “Teléfono a larga distancia”, de Aniceto Díaz; “Sonata para flauta y continuo” (de un manuscrito de la Catedral de México), anónimo; “Arabesca para bajo solo”, de Hans Friba; “Engels Nachtegael para flauta sola”, de Jan van Eyck; “Falla con fisuras”, anónimo; “Largo” (del concerto “Il Gardelino”), de Antonio Vivaldi; “Al fin te vi”, de Ernesto Lecuona; “La pasión amorosa”, de Giovanni Botessini; “Blance Flour”, anónimo; “Allegro” (de la “Sonata en fa mayor”, opus VI, núm. 4), de Arcangelo Corelli; “Gavotte”, de Reinhold Gliére; “Almendra” de Abelardito Valdés; “A division”, anónimo; “Juárez”, de Esteban Alfonzo; “Giga & Double” (de la suite BWV 997), de Juan Sebastián Bach; “Adagio & Presto”, de Jean Barriére, y “Nereidas”, de Amador Pérez “Dimas”.

“Del medioevo al danzón” fue grabado en Laboratorio Arte Alameda (antes Pinacoteca Virreinal) en octubre de 1999 y en el Auditorio “Blas Galindo” del Centro Nacional de las Artes en mayo de 2001. Se encuentra a la venta en tiendas de discos y librerías de prestigio.

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Redacción Azteca 21

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