Presentan “Crónicas malditas desde un México desolado”, de Olga Wornat

Portada de otro libro que
levantará ámpula

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 29 de junio de 2005. “En realidad, son varios libros en uno solo que habla de muchísimas cosas, en el que desfilan personajes latinoamericanos y mexicanos, historias verdaderamente de terror, hechos poco conocidos… A mí me sorprende que nadie haya puesto énfasis, que la prensa mexicana no haya puesto atención a lo dicho, por ejemplo, sobre Andrés Manuel López Obrador, Roberto Madrazo…”, afirmó esta noche en el Teatro Libanés Katia D’Artigues, durante la presentación del último libro de Olga Wornat, “Crónicas malditas desde un México desolado”, editado por Grijalbo.

“Olga es una mujer valiente, es una periodista que se atreve, que habla de Marta Sahagún y de sus hijos, que investiga. A raíz de lo que ha provocado respecto de la familia presidencial —que en nuestro país ha sido siempre una suerte de aristocracia—, me llama mucho la atención que México sí ha cambiado y no precisamente por las faldas de Marta, como dice el presidente Fox, sino que ahora los medios no tienen que esperar a que termine el sexenio para hablar de estas cosas”, comentó.

La reconocida columnista política agregó: “Quiero destacar la prosa de Olga; ella es una provocadora, sin duda; es una mujer que hace sentir a través de sus crónicas que uno está acercándose a los personajes, viéndolos; que en este libro relata de manera accesible, descarnada, cosas que desafortunadamente hemos comenzado a ver como normales”.

D’Artigues resaltó la segunda parte de “Crónicas malditas desde un México desolado”, donde Wornat nos habla de una realidad latinoamericana y nos hace suscitarnos una pregunta: “¿El poder hará a todos los personajes iguales”, en alusión a Chávez, Pinochet, Menem. Y anticipó la desilusión enorme que nos aguarda si todo lo que se relata sobre la familia presidencial resulta cierto.

Por su parte, el también periodista Jenaro Villamil leyó un fragmento del historiador John F. W. Dulles en el que se hace una semejanza del maximato con una especie de principado; situación que, después de setenta años, no ha cambiado en la actualidad, pues dejó en México una cultura y un modus operandi que implicaba severos castigos, que iban desde la desaparición del mapa político hasta el destierro en el mejor de los casos, a quien se atrevía a cuestionar, a señalar.

Indicó que en plena era del gobierno del cambio, la periodista y escritora Olga Wornat en “Crónicas malditas desde un México desolado” describe cómo se ha creado en México un remedo del maximato y cómo se ha enquistado esa cultura patrimonialista en nuestra clase política; relata y retrata los usos y costumbres más íntimos de una tradición no sólo privativa de nuestro país, sino de otros países latinoamericanos, como queda evidenciado en la segunda parte de su libro.

Mencionó que una de las aportaciones del libro de Wornat es mostrar que la visión patrimonialista del poder no es exclusiva de un género, un país o una ideología. Desafiar esos esquemas forma parte de la provocación constante de Wornat, la cual resulta eficaz porque siempre el escándalo mediático obliga a un debate público.

“Podemos estar o no de acuerdo con el estilo y el método de Olga Wornat al describirnos con crudeza, en la parte ‘México lindo y querido’, el lado oscuro y crudo de Foxilandia y Martilandia, así como sus valoraciones de otros políticos del candelero mexicano como Rosario Robles, Carlos Ahumada, ‘El Peje’, Roberto Madrazo, pero es un hecho que a través de ‘Crónicas malditas…’ redescubrimos que el ayer es el hoy de nuestra cultura política”, aseveró.

A su vez, el editor colombiano Isaac Lee manifestó sentirse orgulloso de estar en la presentación de “Crónicas malditas desde un México desolado” y respecto de éste dijo que Olga Wornat era como una cantante que saca un nuevo disco que será exitoso, en el que ahora estamos escuchando el primer sencillo —sobre México—, pero que tiene aún tres o cuatro que valen mucho la pena.

Añadió que hay tres formas de conocer a Olga Wornat: como lector, gozando con su prosa rápida y aguda; como periodista, colega que enaltece la profesión, y como amiga, pues es una mujer valiente e inteligente.

Indicó que Olga Wornat sólo cuenta historias, no tapa nada, cuenta la verdad para darnos el derecho que tenemos a la información. Para ello, se mete en los rincones menos esperados, como cuando se puso una burka y estuvo en Afganistán; o soporta amenazas de muerte a través de un arreglo floral en forma de ataúd. “Olga es parte fundamental de nuestra revista ‘Poder’; no pretendo ser su jefe, pero tampoco quiero hacer la revista sin ella”, puntualizó Lee.

Finalmente, la autora indicó que su trabajo no es neutral. “Yo no soy neutral, digo lo que pienso; no soy objetiva, soy una sobreviviente; soy una periodista que se hizo en la práctica de todos los días, pues no pude concluir la universidad por mi militancia, por vivir en una villa miseria”, explicó.

Agregó que las demandas no son nuevas para ella, pero también dijo que todas las ha ganado. “Lo que escribo lo defiendo si es necesario en los tribunales”, aseguró. Y mencionó el caso de un alto jerarca de la iglesia católica argentina de apellido Storni, quien ahora se encuentra procesado por abusos sexuales.

“Me defino como una reportera, como una cronista, no como una gran periodista; detesto las redacciones y los manuales de estilo. Ésta soy yo, éste es mi trabajo que he realizado durante veinte años, y lo defiendo a muerte”, concluyó.

Olga Wornat

De acuerdo con la nota biográfica que aparece en “Crónicas desde un México desolado”, Olga Wornat nació en Misiones, Argentina. Estudió historia, derecho y periodismo en la Universidad de la Plata. Durante la dictadura militar en su país, vivió en la clandestinidad. Fue corresponsal de la revista española “Interviú” y trabajó en las revistas argentinas “Somos”, “Gente” y “Noticias”. En México su trabajo se conoce a través de las prestigiosas revistas “Gatopardo” y “Poder”. Cubrió la invasión norteamericana en Panamá; las guerras en Centroamérica, el Líbano y la ex Yugoslavia; los conflictos entre árabes e israelíes; la guerra entre Perú y Ecuador, y la caída de los talibanes en Afganistán. Se reveló como autora de grandes éxitos editoriales con el libro “Menem, la vida privada” (Planeta, 1999). Su última publicación en Argentina fue “Nuestra santa madre. La historia de la iglesia católica argentina” (Ediciones B, 2000), que provocó la renuncia del primer arzobispo latinoamericano acusado de abusos sexuales. Estos libros inauguraron una nueva forma de periodismo de investigación: el retrato íntimo e implacable del poder. “La jefa” (Grijalbo, 2003), éxito sin precedentes que retrató, descarnadamente y sin concesiones, a Marta Sahagún de Fox, conmocionó a un México hastiado de censuras y prepotencia política. Actualmente trabaja en las revistas “Poder” y “Loft”, de Zoonmedia Group, con sede en Miami.

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