“El Diario del Chavo del 8”, un libro que despeja dudas sobre algunos aspectos de su vida

Todos buscan tener
un ejemplar de este libro

Ciudad de México.- 5 de julio del 2005.- La inocencia y seguramente la fe en que la vida se debe vivir, a pesar de las carencias económicas, es la mejor enseñanza que a lo lago de más de 30 años ha compartido "El Chavo del 8", personaje creado por Roberto Gómez Bolaños, que cuenta sus secretos en su libro "El Diario de El Chavo del 8", que será presentado este miércoles aquí.

El volumen, editado por Punto de Lectura, lo darán a conocer las actrices Florinda Meza -esposa de Gómez Bolaños- y Edith González, y es una reunión de relatos de aquellos días que vivió El Chavo en la vecindad y en la escuela, con personajes como La Chilindrina, El Profesor Jirafales, Kiko, Ño-Ño, el Señor Barriga, Doña Florinda, Popis, Don Ramón y La Bruja del 71.

La edición de bolsillo que se publicó por vez primera en 1995, es el relato de la vida de ese personaje de pantalón corto, camiseta a rayas y gorra con orejeras, todo lleno de parches y que con grandes zapatos de minero vive en una vecindad, rodeado de niños y adultos, gozando sólo de la vida.

Sobre los secretos que comparte el propio personaje con sus lectores, platicó Roberto Gómez Bolaños en una conferencia de prensa, en lo que lo mismo se habló de los altos sentimientos que tiene El Chavo, que el éxito que a 33 años de salir el primer capítulo en la televisión, sigue teniendo, y de la enseñanza de vida que su historia tiene.

"El Chavo del 8 es un niño que carecía de muchas cosas, pero que tenía ese tesoro enorme que tenemos todos y que es la vida, su intención de siempre es ser feliz, desde que los cree, hice que El Chavo intentara hacer eso", expresó Gómez Bolaños.

El actor que dio vida a El Chavo del 8 y al Chapulín Colorado, y que es mejor conocido como "Chespirito", aseguró que ese niño de ocho años que siempre anhelaba una torta de jamón y los juguetes de Kiko, sufría todas las carencias.

"No tenía juguetes, no tenía desayuno casi ningún día, no obstante demostraba que se puede tener optimismo, superar las angustias, los problemas e intentar ser feliz, que es para lo que nacimos, a los que nos dicen que nacimos para sufrir y llorar, es falso", aseveró Chespirito.

Acompañado de Florinda Meza, el creador de la serie televisiva "La Vecindad del Chavo del 8", destacó que su interés por este personaje era y es que se puede vivir, soñar y ser feliz, a pesar de las adversidades y las carencias.

Relató la experiencia que tuvo con un señor que siempre saludaba en el cruce de Insurgentes y Mixcoac, un hombre que carecía de piernas y brazos, pero que sonreía abiertamente, esa fue su intención al crear El Chavo del 8, que fuera un niño inocente que transmitiera sus sentimientos más positivos.

"Yo con El Chavo intenté lo mismo que el señor, pero con muchas ventajas, él sí tenía las dos piernas, aunque muy torpes, y las manos, peor, pero el entusiasmo era igual, brincoteaba de gusto ante la más leve de las noticias, y logré comunicar un poco de ilusiones y esperanzas y al mismo tiempo que la gente pudiera sonreír, pues logré hacer todo lo que habría yo deseado", manifestó.

El creador de la serie que es todo un éxito actualmente en Brasil y que lo ha sido en toda Latinoamérica, y director de cinco películas, entre las que destacan "El Chanfle", "Charrito" y "Don Ratón y Don Ratero", aseguró que su personaje comparte esa condición con el gran porcentaje de niños de todo el mundo, pues todos, incluso los adultos, son muy vulnerables.

Dijo que la vulnerabilidad no se limita sólo a los pobres o muy pobres, los niños ricos son vulnerables también.

"Es un niño que conserva la inocencia, se sorprende, pero también despeja dudas sobre algunos aspectos de la vida, y revela muchos secretos en el libro "El Diario del Chavo del 8", que no se conocieron en la serie televisiva.

Gómez Bolaños, quien dirigió y protagonizó la obra de teatro "11 y 12", que ofreció más de dos mil 800 funciones, habló del niño que él fue, de las carencias que tuvo, también de los deseos, de su entusiasmo que siempre logró vencer la adversidad y las carencias que tuvo, de su amor por la vida".

Compartió parte de su infancia, huérfano de su padre, a los seis años vio a su madre y a su familia venirse a menos, vivir en una accesoria y no en una casa, bañarse cada sábado por falta de agua, añorar los juguetes de otros niños, pero ser feliz con todo, con los huesitos de chabacano o la pelota vieja de trapo que le servían para jugar.

Dijo que con la muerte de su padre fueron más las deudas que las posesiones, su madre tenía que trabajar para mantenerlos, hubo carencias de las que él nunca se enteró, porque su madre siempre les dio de comer, y su entusiasmo era tal que veía la vida como la mejor que podía vivir, de las carencias se dio cuenta muchos años después.

"Yo pensaba que estábamos muy bien y estábamos muy mal, bajamos, bajamos y bajamos, pero eso lo reflexioné después, yo jamás tuve una bicicleta, un tren eléctrico o cualquier juguete carro, tenía pelota, soldaditos de plomo mal hechos, no había televisión, podía jugar en la calle, había espacios para patinar, había unos patines horribles de la marca Torrinton, disfruté la calle y su gente, como el panadero", puntualizó.

Gómez Bolaños platicó de su personaje que se mete a llorar en un barril, que siempre anhela comer una torta de jamón y que ante cada "regada" dice: "Se me chispoteo".

Lo muestra completo y comparte sus secretos en el libro que se relata a manera de diario, encontrado por él mismo en la banca de un parque, donde lo dejó ese niño bolero que se hacía llamar El Chavo del 8. (Notimex)

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