Jaime Aparicio, un mago que recupera historias de la Ciudad de México
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Jaime nació en la colonia Roma de la
capital mexicana y desde los siete años
vive en el barrio de San Pedro Xalpa,
en Azcapotzalco
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
Acapulco, Guerrero. 16 de junio de 2005. Jaime Aparicio es un observador atento de su entorno, un hombre que gusta de la conversación y de las pequeñas historias que todas las personas llevan dentro, que disfruta intercambiando experiencias y tratando de plasmarlas en el celuloide. Director de “El mago”, su ópera prima, que se exhibirá este viernes 17 dentro de la programación del Festival Internacional de Cine Acapulco 2005 (FICA), Aparicio comparte con los lectores de Azteca 21 opiniones sobre ésta, sus proyectos, su pasión por el cine, por la ciudad de México.
“En ‘El mago’ el personaje principal es precisamente un mago, a mí me gustan los nombres cortitos, por eso le puse así a la película. En cierto modo, creo que este nombre lo dice todo, ya que habla del personaje y también de lo que sucede en la película. Afortunadamente, ha obtenido algunos premios, no sé si vaya a obtener otros. A mí me gustaría que se llevara algún Ariel, un tanto como tradición y otro como cinéfilo mexicano.
“Sobre todo si pensamos que todo se inició, en mi caso, como un gran admirador del cine mexicano y que antes los arieles eran realmente un reconocimiento y las películas que lo ganaban era porque se lo merecían, eran resultado de un esfuerzo muy serio y muy riguroso. Ahora no estoy muy enterado sobre cómo son las cosas, pero, bueno, es algo de lo que me emociona. Y, en general, si llega a tener algún otro reconocimiento, pues espero que sirva para que la película sea respaldada ahora que va a ser estrenada comercialmente el 26 de agosto. En cuanto a festivales, la cinta por ahí anda dando vueltas; ahora mismo se está presentando en el Festival Internacional de Cine de Shangai y eso es algo que a mí me emociona, que culturas tan distintas a la nuestra la estén viendo. Esperemos a ver cómo le va.
“También creo que los reconocimientos que está obteniendo ‘El mago’ han servido para afianzar el programa de óperas primas en el CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos), que lo ganó en la tercera convocatoria y ahora en estos momentos se está filmando la cuarta. De hecho, solamente queríamos eso, no tanto que nos dieran sino que nos pusieran donde hay, que haya un programa que tenga continuidad y que además les permita a los egresados —recientes y los no tanto— que tengan una ventana que les permita mostrar su talento e inquietudes. Creo que, como resultado, hemos demostrado que no ha sido en vano ese esfuerzo y estamos tratando de corresponder con propuestas.
“Trabajé el guión de ‘El mago’ con Enrique Rentería, él también es del CUEC, ha dado clases ahí y en el CCC (Centro de capacitación Cinematográfica), e incluso en la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México). Digamos que el primer proyecto es mío, el que ganó la convocatoria en el CUEC; ya luego tuvimos que hacerle un nuevo tratamiento y trabajé entonces junto con Enrique, no acoplamos muy bien, pues él nació en la Guerrero, vivió mucho tiempo allá y tiene esa visión, eso nos ayudó muchísimo.
“Yo nací en la colonia Roma y desde los siete años estoy en Azcapotzalco, en el barrio de San Pedro Xalpa, donde llevo más de treinta años. Es un lugar de costumbres propias; de hecho en Azcapotzalco, en San Juan Tlilhuaca, donde estudié la secundaria, es un barrio de puros brujos, o mucho tiempo atrás era un barrio de puros brujos. En San Pedro Xalpa antes había hornos de tabiques y los alrededores eran pueblitos, la refinería —a ver qué nuevo uso le dan, ojalá sea algo benéfico para el barrio—. Bueno, entonces Enrique es gente como el grueso de toda la población en el DF.
“Mira, yo soy chilango, chilanguísimo, pero mis papás son de Acapulco, bueno, muy cerca, de Coyuca de Benítez, por eso no es gratuito que mi película termine en Pie de la Cuesta. Es una manera de regresar al origen, a las raíces, regresar como director a filmar aquí, pues de cierto modo es una película que me inspiró toda esta gente. Yo tengo vínculos muy cercanos con Acapulco, ya que desde muy pequeño he venido dos o tres veces al año, pero, ¿cómo te diré?, casi toda mi familia es acapulqueña y entonces es como una manera de venir con mi gente y decirles ‘pues aquí andamos haciendo este tipo de cosas, y a ver qué les parece’, lo cual me pone muy emocionado y nervioso a la vez. Quiero invitar a la gente a que vaya a ver la película, hay 30 copias, empezaremos en la ciudad de México y luego iremos ciudad por ciudad.
“Ahora estoy trabajando en un nuevo proyecto, espero tener pronto ya terminado el guión; sin embargo, los proyectos de repente van jalando por su lado, ¿no?, los protagonistas, los personajes… Lo que te puedo decir de seguro es que ahora lo que tengo es una historia que me va a permitir recorrer todas esas pequeñas ciudades que hay dentro de la gran ciudad del Distrito Federal.
“Trata sobre un personaje que tal vez tenga que ir de Indios Verdes a Coyoacán, a Tacubaya, a Iztapalapa, un poco como lo dice la canción de la Sonora Santanera ‘camino por Polanco…’. Además, los ambientes, los fondos son muy diferentes, la arquitectura y también la gente; así la clase baja del norte es muy diferente a la clase baja del sur, del oriente.
“Ese es el proyecto en el que estoy trabajando, que tal vez tenga algo de mítico, algo de mágico, pero que tendrá un buen chance de recorrer todos los ambientes y otro tipo de costumbres. En esas otras pequeñas historias tal vez encuentre una fiesta callejera en Tepito y ver cómo la gente hace de la calle su medio para divertirse. Me parece que lo más importante es la gente, sin importar el lugar; así, me interesa contar ese tipo de cosas.
“Es que creo que en la ciudad se empezó a sacrificar el espacio y se prefirió filmar en una colonia tranquila. Yo pienso definitivamente que los lugares hablan y que son una forma de registrar lo que puede llegar a ser un monumento histórico. Por ejemplo, ahora que está aquí el documental de Manuel Márquez sobre Tin Tan es muy interesante ver el Acapulco de los cincuenta en “Simbad el mareado”, es algo bien chido, tú miras y dices ‘ah, mira cómo ha crecido’ y entonces puedes establecer o simplemente ver que es un documento para ver que así era Acapulco en esos años. De alguna manera, lo que pretendo también con cada uno de esos barrios que te señalé es recoger esas historias urbanas que están por ahí perdidas y que han sido tan distorsionadas y la gente las sigue viviendo, porque son historias cíclicas, repetitivas y que buscan encontrar su espacio en el cine.
“Del proyecto de guión lo que tengo todavía lo puedo variar; ya tengo trabajado casi todo lo que son los recorridos que haría o las secuencias que se darían en los diferentes barrios; el nombre todavía no lo tengo, tal vez sería tameme, porque empezaría así, con alguien que camina, esos personajes que caminan llevando cosas, pues va a ser una historia de caminantes, de caminar por dentro de esa realidad, de violencia, meterle algo de fantasía, algo de magia nuevamente e inventar una maldición, según yo, una leyenda.
“Para mí magia es, por ejemplo, que vayas caminando a las dos de la mañana por cualquier calle de la ciudad y veas a un grupo de ancianas cantándole las mañanitas a la Virgen frente a un altar. Para mí es algo mágico porque es una tradición, es una costumbre que va a quedar, que va hacia delante, va a hablar de la gente de nuestros tiempos, de las fiestas callejeras, la determinada mentalidad que tenemos hacia el alcohol, la violencia, las diversiones, sobre cómo estamos viviendo la miseria. Sin embargo, se trata de buscar, dentro de todo esto, y rescatar lo valioso que hay, valores como la solidaridad, la hermandad, que también es lo que sucede un poco con el ‘El mago’.
“Asimismo, San Pedro Xalpa debe de ser una de las colonias donde hay más altares a la Virgen de Guadalupe. Entonces por ahí va mi nuevo proyecto, en la búsqueda del tema de la Guadalupe Reyes. En todo caso, puedo ponerme a buscar algún tema donde aparezca la magia de mi barrio. Azcapotzalco es un buen tema, no sé si haría un documental, pero sí algo sobre sus calles, que no se parecen a ninguna de la ciudad. Sin plantearlo así, podría ser una especie de rescate, ya que el norte de la ciudad ha sido muy olvidado, es el rumbo de la ciudad que menos espacios culturales tiene, nadie nos pela. Para muchos funcionarios, vivir en el centro es estar en la Roma o la Narvarte, para ellos después del Zócalo ya no existe la ciudad, empieza a ser Ecatepec, aunque sea Azcapotzalco, Tacuba, etcétera”.
Así, concluye la entrevista con Jaime Aparicio, director cinematográfico, quien nació en la ciudad de México en1964, en la colonia Roma, aunque ha pasado la mayor parte de su vida en Azcapotzalco. Estudió cine en el CUEC —“orgulloso cuequero”— y “El mago” es su primera película, la cual ha ganado el premio Zenith de Oro 2004 a la mejor ópera prima en el Festival de Cine del Mundo en Montreal, Canadá; el Mayahuel 2005 a la mejor película mexicana, mejor actor y mejor actriz en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
El mago (México, 2004)
Director: Jaime Aparicio.
Guión: Jaime Aparicio y Enrique Rentería.
Fotografía: Diego Arizmendi.
Música: Rosino Serrano.
Edición: Jaime Andrade y Humberto Delgado.
Intérpretes: Erando González, Gustavo Muñoz, Maya Zapata, Julissa, Juan Ángel Esparza, entre otros.
Duración: 98 minutos.
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