Atahualpa Yupanqui, conocido como el “Poeta de la tierra”, será recordado a 13 años de su muerte

En 1986, Francia le confirió la condecoración de
‘Caballero de la Orden de las Artes y las Letras’

Ciudad de México.- 22 de mayo del 2005.- El cantautor folclórico argentino Atahualpa Yupanqui, conocido como "El cantor del viento" y "Poeta de la tierra", que reflejó en sus composiciones y su condición de paisano caminante a través de la poesía despojada y honda, acompañada de su guitarra austera y esencial, murió el 23 de mayo de 1992.

Héctor Roberto Chavero, nombre real del prolífico autor, de más de mil 200 temas y ocho libros, en los que mostró sus ideas contra los regímenes corruptos de su país, por lo que fue encarcelado, reposa en la eternidad en Cerros Colorados, Argentina.

Yupanqui vio la primera luz de la vida en Campo de la Cruz, Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 31 de enero de 1908, donde realizó sus primeros estudios y más tarde aprendió guitarra en la provincia bonaerense de Junn.

En 1918, cuando apenas tenía 10 años, se trasladó a Tucumán con su familia y un lustro después su padre murió, hecho que lo obligó a regresar a Junn, donde en 1926 escribió su canción "Camino del indio".

En sus primeros años de peregrino comprendió que él era el silencio, pero según sus biógrafos, no del tipo melancólico o contemplativo, sino que era un modo de conexión existencial con el arte, al que le agregó sin alardes un conocimiento y una cultura concretas.

Siempre evitó que lo catalogaran como el "cantor testimonial" o lo que él consideraba peor, "de protesta".

Por un breve tiempo, Yupanqui formó parte del Partido Comunista de Argentina. Fue perseguido en su país por el gobierno peronista; participó en la fracasada sublevación que encabezaron los hermanos "Kennedy", razón por la cual debió exiliarse en Uruguay.

En ese país sudamericano, pasó por Montevideo y luego se dirigió al interior oriental y al sur de Brasil. En 1934 reingresó a Argentina y radicó en Rosario, provincia de Santa Fe.

Un año después, durante su estancia en Buenos Aires, actuó en la radio y diversos intérpretes comenzaron a popularizar sus canciones.

A principios de los años 40, se casó en Tucuman con Mara Martínez, pero el matrimonio fracasó. Poco después conoció en Córdoba a Paule Pepin Fitzpatrick, "Nenette", quien será su compañera definitiva y colaboradora musical, que firmaba con el seudónimo de "Pablo del Cerro".

Fue en esta época cuando editó su primer libro "Piedra sola". En 1944, durante otra incursión creó temas como "El arriero" y dos años después, tras verse obligado a abandonar Raco, escribió sus sentidas zambas "Adiós Tucumán" y "La añera".

Enfrentado al triunfante régimen militar argentino, desde 1946 a 1949 sufrió de nuevas persecuciones, proscripción y cárcel. En 1950 estuvo en Uruguay y posteriormente se trasladó a Europa.

Yupanqui llegó a París, Francia, donde la legendaria Edith Piaf le permitió compartir el escenario. A partir de ese momento realizó varias giras por el Viejo Continente.

En 1952 decidió regresar a Argentina, donde las cosas cotinuaban sin serle favorables. Fue expulsado del Partido Comunista, pero ello le facilitó su reingreso a diversas estaciones de radio, aunque le valió las críticas de propios y extraños que no sabían dónde encasillarlo.

A fines de la década de los 50, Yupanqui aún era perseguido por los militares antiperonistas, pero ello no fue obstáculo para que entre 1963 y 1964 emprendiera una serie de viajes a Colombia, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia.

Este panorama le dio los elementos para que en 1965 editara su disco "El payador perseguido".

Un par de años después, recorrió toda España y posteriormente, decidió instalarse de manera casi definitiva en Paris, ya que regresaba de manera periódica a Argentina, visitas que disminuyeron en 1976 por el advenimiento de la dictadura militar.

En 1979 se volvió a presentar en Argentina, pero sus actuaciones en Europa empezaron a espaciarse debido a algunos transtornos de salud.

En 1986, Francia le confirió la condecoración de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, y un año después regresó a su país natal para recibir un homenaje en la Universidad de Tucumán.

El compositor argentino comenzó a tener problemas de salud a fines de la década de los 80, por lo que debió internarse en Buenos Aires. Ocho años más tarde, pudo superar una dolencia cardíaca, por lo que participó en el Festival de Cosquín.

No obstante, no todo le fue favorable, ya que en noviembre de ese mismo año murió su esposa "Nenette". A los pocos días Yupanqui se vio obligado a cumplir un compromiso artístico en París.

Tres años después el músico-poeta volvió a Francia para actuar en Nimes, pero su estado de salud se lo impidió al agravarse y provocarle la muerte el 23 de mayo de 1992.

En sus 84 años de existencia, Atahualpa Yupanqui, siempre dijo ser un "hombre sin ningún lugar".

Sus restos fueron repatriados e inhumados, como él lo había pedido, en Cerros Colorados, Argentina.

Entre los textos que escribió Yupanqui destacan: "Piedra Sola" (1940), "Aires indios" (1943), "Cerro Bayo"(1953), "Guitarra" (1960), "El canto del viento" (1965), "El payador perseguido" (1972) y "La capataza" (1992).

De sus obras musicales de profunda raíz folclórica sobresalen "Viene clareando", "El arriero", "Zamba del grillo", "La pobrecita", "Milonga del peón de campo" y "Camino del indio". (Notimex)

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