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La calidad interpretativa
de Tania es monumental
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
San Luis Potosí. 30 de abril de 2005. Esta noche, Tania Libertad volvió a
cantar en la Plaza Fundadores de esta ciudad, después de que lo hiciera
hace 25 años, cuando cantó al lado de Chabuca Granda y Alfredo Zitarrosa,
en el entonces festival Semana Primavera Potosina.
Ante aproximadamente seis mil espectadores, la cantante de origen peruano
dio inicio a su presentación con “Ritmo”, tema de sonido afroamericano,
para después interpretar “Por ti”, de Óscar Chávez, que fue cantada en
algunos momentos por el público.
La cantante, ataviada con un pantalón y blusón verde olivo, parecía estar
algo afectada de la voz, pues en algunos momentos se podía notar cuando
cortaba alguna frase de largo aliento. Sin embargo, demostró que, además
de ser una profesional, su calidad interpretativa sigue incólume, pues
conforme el concierto fue avanzando, su voz dio la impresión de alcanzar
su estado óptimo, ayudada por unos breves sorbos de una bebida que bien
podría haber sido, de acuerdo con su apariencia, tequila o whisky, así
como de agua.
Entusiasta, Tania Libertad fue ligando un tema tras otro, pues luego
siguieron “Anda mareao”, “Tu recuerdo y yo” —de José Alfredo Jiménez, que
el público cantó con ella—, “Ojalá”, del cubano Silvio Rodríguez, el
bolero “Dos gardenias”, “Teresinha”, de Chico Buarque.
Acompañada de seis excelentes músicos y una iluminación discreta, Tania
Libertad iba desgranando los versos de sus canciones, transmitiendo las
vivencias que encuentran en su voz el vehículo ideal para compartirlas con
el público.
En ocasiones el viento soplaba y agitaba su cabellera, su blusón; parecía
entonces que la cantante era un ángel verde, un rapsoda contemporáneo,
mientras la guitarra o el acordeón dejaban escuchar sus acordes
melancólicos, profundos.
Cuando cantó “El pastor”, su voz alcanzó el falsete, a semejanza de Miguel
Aceves Mejía, intérprete que inmortalizó dicho tema, y el público lo cantó
con ella. La noche caía sobre la capital potosina, creando el marco ideal
para una noche memorable, plena de poesía y música.
Así, basada en temas de su repertorio, la cantante se prodigó ante el
público, que en todo momento reconoció su arte y se le entregó sin
reservas. “Gracias a la vida”, “Procuro olvidarte”, “Mi unicornio azul”,
“Arroz con concolon”, “Échame a mí la culpa”, “Por debajo de la mesa”, “El
arrullo”, “Voy a apagar la luz”, “La bruja”, “Cuando sale la luna”, entre
otros, fueron los temas que entregó al público potosino.
Al concluir, la gente se puso de pie y la aclamó, haciéndola regresar al
escenario con sus peticiones de “otra”. Cantó “Al pasar de los años”, los
músicos se retiraron y Tania Libertad se quedó sola en el escenario, sola
con su voz, con su arte, para interpretar a capela “Concierto para una
sola voz”, tema con el que cierra sus presentaciones y que se escuchaba
esplendente por toda la Plaza y más allá de ésta.
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