Una invitación a recorrer las calles antiguas de “Tlaxcalilla”, el primer barrio de San Luis Potosí

Leer este libro, representa una
inmersión en la historia del barrio

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 21 de abril de 2005. El amor al terruño es el motivo que inspiró a Alexandro Roque, escritor, fotógrafo, editor y periodista potosino a escribir “Tlaxcalilla, sus primeros sueños…”, librito en el que plasma sus indagaciones acerca del barrio donde vive, “el primero de San Luis Potosí”.

Así, después de señalar que no es historiador, Roque confiesa: “Desde que era niño, hablar de Tlaxcala era como hablar de otra ciudad, era hablar de una fiesta, de cruzar la ciudad por el eje vial Ponciano Arriaga —que en la práctica se llama eje vial a secas—, cuando se recorría en ambos sentidos. Se me figuraba un lugar mágico”.

Y parte de esa magia que Roque adivinaba al evocar a Tlaxcala —o Tlaxcalilla, pues utiliza ambos nombres al referirse a su barrio— se puede encontrar en el cuadernillo en comento, gracias a las fotografías que lo ilustran, a los epígrafes que lo acompañan —de Joaquín Antonio Peñalosa, José Jayme, Miguel Álvarez Acosta y Amparo Dávila— y al cariño que rezuma de sus palabras.

El autor indaga en la historia para ofrecer al curioso lector una visión rápida, panorámica de su barrio: “Tlaxcala es un gran motivo para leer y escribir, o al revés, con sus sonrisas y sus calles antiguas, su adoquín, sus ruidos y sus baldíos, su Casa de la Cultura o sus fritangas en la plaza. Su nombre viene de sus primeros pobladores, y es uno de los siete barrios o villas tradicionales de la capital de nuestro estado, con Montecillo, San Juan de Guadalupe, San Miguelito, San Sebastián, Santiago y Tequisquiapam. Originalmente se llamó Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala, o de Nueva Tlaxcala, dicen otros. Su nombre, que en náhuatl era Tlaxcallan, significa ‘lugar de pan de maíz’ o ‘de tortillas de maíz’. Y sí, todo tiene aún el sabor y la calidez de una buena tortilla”.

Roque también describe la evolución del barrio, cómo fue erigido en villa y después cómo se fusionó con la ciudad. Asimismo, destaca su fecha de fundación, en 1592, la misma que la de San Luis Potosí, y rescata algunos sucedidos importantes, como el primer poeta y asesino potosino, Juan de Gabiria, quien dio muerte a su esposa (claro, le escribió varias décimas para conquistarla, y una más para explicar su decisión de convertirse en uxoricida).

“Tlaxcalilla, sus primeros sueños…” es una invitación para conocer San Luis, pero como señala Alexandro Roque: “Hay que caminar y observar, no sólo ver, las casas y edificios antiguos que han sobrevivido, pues los más han quedado en cascajo que llena baldíos. Sentir el viento por las calles de Ponciano Arriaga, 20 de noviembre, Avenida de la Paz, Coronel Espinoza, Aquiles Serdán o Juan Álvarez, para sentir el olor a viejo y a nuevo que tiene el barrio de Tlaxcala. Hay para todos los gustos: abarrotes, farmacias, diversión diurna y nocturna, buena comida. Así, el gusto es más grande por estar en este primer barrio de San Luis Potosí”.

Sin duda, visitar San Luis Potosí es una experiencia grata, pues caminar por sus calles representa una inmersión en la historia, en la belleza de sus plazas e iglesias, en la agradable sensación de estar en el pasado sin salirse del presente. Y el barrio de Tlaxcalilla es una muestra fehaciente de esta invitación al viaje, como bien lo manifiesta Alexandro Roque en su librito.

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