David Miklos, un escritor singular que nos presenta “La piel muerta”, una novela totalmente femenina

De abuelos húngaros, papá mexicano
y madre francesa, David se
considera una rara mezcolanza

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 24 de marzo de 2005. Una historia poco convencional, una prosa elegante y decantada, una estructura circular imprevisible, una voz narrativa hecha casi de murmullos, sin exabruptos, una serie de imágenes poderosas, una ciudad ficticia hecha de muchas ciudades, recreación de mitos y pocas concesiones al lector —a la escritura misma— son elementos que confluyen en “La piel muerta”, la primera novela de David Miklos, un autor con una madurez narrativa insospechada, que acaba de publicar Tusquets Editores en su colección Andanzas.

David se muestra contento, pero sereno, ante su irrupción en las letras de nuestro país. Amable, al hablar con él se tiene la impresión de que escribió “La piel muerta” con la certeza de que, a pesar de su brevedad, no sería una primera novela más, sino de que vendría a dejar una impronta verdadera, de que llamaría la atención, de que sería tomada en cuenta como una promisoria realidad. He aquí a David Miklos, un escritor cuya literatura, sin lugar a dudas, es ficción, es decir, pura invención poética.

“No llevo prisa, escribo con calma. ‘La piel muerta’ es una novela sobre la espera, una novela no convencional, lo que podría denominarse narrativa emocional o estampas emocionales, cuyo tema principal podría ser la desaparición. He intentado hacer una narración del silencio, en la que el lector tiene que participar, por eso no describo exhaustivamente a los personajes. Sí, también la memoria juega un papel importante en la novela, pues ¿en qué momento se acaba un recuerdo, una persona? Quizás por eso un momento onírico marca el inicio de la novela, cada entrada capitular es un momento onírico…

“Respecto de mis influencias, te puedo decir que, de hecho, mi formación como lector adulto fue con la literatura norteamericana e inglesa De niño leí apasionadamente a Lovecraft; en la pubertad sentí una fascinación total por Jorge Ibargüengoitia. Sí, puede haber alguna similitud con Juan Carlos Onetti, pero en realidad lo he leído muy poco. En cuanto a Juan Rulfo, uno evita leer demasiado lo familiar…

“Sí, es cierto, ‘La piel muerta’ es una novela desplazada del tiempo y totalmente femenina, narrada desde un útero, en una especie de red. Las voces masculinas narran a las mujeres que tienen alrededor. El eje es la madre, la maternidad; hay una relación lésbica, amorosa, e insinuaciones de incesto. Te puedo decir que he intentado realizar una estética del incesto y seguiré trabajando en esto. Inicialmente pensé en escribir una trilogía, pero ahora puede ser que se vuelva tetralogía. Sí, novelas igualmente breves.

“En cuanto a mi biografía te puedo decir que nací en San Antonio, Texas, pero sólo viví ahí tres meses. Más tarde, viví dos años en Londres, pero siempre he vivido en el DF y me dedico desde hace años a la escritura y la edición. Debo decir que alguna vez intenté estudiar letras, pero soy autodidacto en ese sentido; estudié relaciones internacionales, aunque nunca me he dedicado a eso.

“No me interesa ser un crítico académico, sí un escritor integral; hago ensayo, escribo sobre cine y libros en ‘La Tempestad’. No creo mucho en los premios literarios, sin embargo, si me dieran uno, lo tomaría y me dedicaría a escribir, ya que mi vida la he planeado en función de la escritura, pues lo difícil no es escribir, sino sentarme a escribir, darme el tiempo para sentarme a escribir, que es lo más importante para mí.

“Creo que antes no lo tenía muy conciente, pero todo me llevaba a escribir, aunque traté de escapar, no pude, me ganó. ‘La piel muerta’ es una novela de ninguna parte, que puede ser leída en cualquier parte. No sé si tenga algo que ver… Yo hablo inglés y francés, mis abuelos eran húngaros, mi papá es mexicano y mi madre es francesa, una rara mezcolanza, ¿no? Quizás algo se refleje en mi novela. Aunque me gustaría que me leyera todo el mundo, supongo que ‘La piel muerta’ encontrará a sus lectores”.

Así, concluye la entrevista con un escritor parsimonioso y afable, creador de atmósferas, más que de anécdotas, poseedor de un estilo propio, de una prosa luminosa que en ocasiones se vuelve poética, iridiscente. Sí, “La piel muerta”, considero, es una novela con un tono narrativo inusual en México que revela a un gran escritor. Deseo que sus siguientes novelas así lo confirmen.

David Miklos

Nacido en San Antonio, Texas, en 1970, vive en la ciudad de México. Escritor y editor, preparó la antología de nuevos narradores mexicanos “Una ciudad mejor que ésta”, publicada por Tusquets Editores en 1999 y 2001. Es consejero editorial de “La tempestad” y codirige la revista de creación y crítica “Cuaderno Salmón”. Narrador de ninguna parte, con “La piel muerta”, su primera novela, asistimos al nacimiento de una nueva y vigorosa voz en la literatura mexicana.

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