Corridón en Texcoco; “El Zotoluco” 4 orejas y dos rabos, Luévano, 2 orejas e indulto

‘El Zotoluco’ armó la escandalera
con un par de faenas de antología

Texcoco, Estado de México.- 26 de marzo del 2005.- Una triunfal corrida de toros se vivió ayer en la plaza Silverio Pérez, en la que los mexicanos Eulalio López El Zotoluco se llevó cuatro orejas y dos rabos, José María Luévano indultó un astado y Manolo Arruza salió con un apéndice.

En lo que fue la segunda corrida de la Feria Internacional del Caballo Texcoco 2005, los tres espadas lidiaron un encierro de Fernando de la Mora, de muy buena presencia y un gran juego. Se indultó al corrido en sexto sitio Palenquero y el segundo mereció arrastre lento.

Eulalio López lidió a Luna Llena con el que mostró su gran variedad con la capa y muleta, en un trasteo valiente y arriesgado que levantó al público de sus asientos.

Después de varias tandas por la derecha e izquierda y arriesgar incluso su vida al ponerse delante del burel sin el engaño, mató de espadazo profundo y se llevó las dos orejas y el rabo, mientras que" el burel se fue con arrastre lento.

Con su segundo, de nombre Ranchero, El Zotoluco volvió a jugarse la vida y armó la escandalera al hilvanar muchas tandas en redondo y largos pases naturales bien ejecutados, los cuales remató mejor con la espada, ya que al dejar un estoconazo algo trasero se llevó las dos orejas y el rabo.

José María Luévano se enfrentó a Pintadito, con el que estuvo variado y lucido con la capa y muleta, a pesar que el astado se quedaba corto, sin embargo, nunca se quitó de la cara de su enemigo en busca de la faena, la cual logró con mucho empeño y valor. Mató de estoconazo y se llevó las dos orejas.

Con Palenquero, Luévano mejoró en los tres tercios al aprovechar las claras y nobles embestidas de su rival, por lo que se hartó de darle pases en redondo, naturales y derechazos, todos con temple y sentido.

Cuando iba a matar, el juez Facundo Arroyo decretó el indulto para el toro número 26 de nombre Palenquero, con 500 kilos, ante la algarabía del público, mientras Luévano recibió las dos orejas y el rabo simbólicos.

El reaparecido Manolo Arruza lidió al primero de la tarde con mucho valor y voluntad hasta conseguir una faena variada y lucida, que agradó a los aficionados, no obstante recibió a cambio un fuerte golpe que le lastimó el pecho y como premio se le otorgó una merecida oreja.

Con Barranqueño, Arruza ya no logró igualar su labor anterior, debido a que estaba disminuido por el fuerte golpe que sufrió, sin embargo, volvió a mostrar valor y voluntad en busca del triunfo. Despachó con tres pinchazos y media ración para salir con fuerte ovación. (Notimex)
 
 

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