Cuidado con la trampa de los créditos bancarios
La expansión del consumo contribuyó al crecimiento de la economía el año pasado, y se espera que siga siendo un importante componente para la meta del PIB de 2005.
Gran parte del consumo que realizan los mexicanos adolece de una falta de liquidez que deriva de las presiones cotidianas, la inestabilidad del sector laboral, la merma en el poder adquisitivo y el afrontar gastos inmediatos insustituibles e imprescindibles como los servicios de agua, la luz, el gas, y en muchas ocasiones el teléfono.
Es cierto que las instituciones bancarias regresaron al escenario de los préstamos al consumo, de los créditos-nómina, del otorgamiento, con mayores facilidades, de una tarjeta plástica, pero el punto de inflexión es a qué precio lo están haciendo. Los mexicanos están pagando el financiamiento al consumo hasta cinco veces y en el mejor de los casos hasta tres veces en promedio.
Las autoridades del sector financiero como son el Banco de México, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Secretaría de Hacienda, junto con la Condusef y la Asociación de Banqueros de México, deberían acordar tasas de interés más competitivas, de tal forma que el deudor evite caer en la “trampa del endeudamiento” atrapado por altas tasas de intereses, altas comisiones e intereses moratorios que no le permitan cumplir con la deuda contraída.
De acuerdo con la Correduría FitchRatings, en 2004 los préstamos bancarios al sector privado no financiero crecieron 19% en términos reales: en créditos al consumo el alza real fue del 42%; de 20% en los créditos hipotecarios; y un aumento real del 12% en los créditos comerciales. Como resultado, los créditos bancarios al sector privado no financiero pasaron a representar el 9.9% del PIB en 2004, luego de un 8.6% en 2003.
Para 2005 la Asociación de Banqueros de México anticipa un crecimiento real del 25% en el área de financiamiento, préstamos y créditos. Por esa razón hay preocupación e indignación por el costo de los flujos de endeudamiento.
El año pasado, el entorno de las tasas de interés mantuvo una tendencia alcista, que se hereda para este 2005, año al que debemos agregar el componente de un contexto pre-electoral que de continuar con elementos de volatilidad podría contribuir a subir aún más las tasas de interés para detrimento del consumo a crédito de los mexicanos que seguirían pagando más por el dinero bancario.
A COLACIÓN
Las tasas de interés se dividen en dos: en las tasas de interés activas, utilizadas de referencia para los préstamos y créditos que conceden las instituciones financieras; y las tasas de interés pasivas utilizadas de referencia para el pago de los ahorros de los clientes bancarios.
En la actualidad persiste una enorme brecha, un enorme diferencial, entre las tasas de interés activas y las tasas de interés pasivas. Hoy en día podemos encontrar un abismo entre una tasa que paga el banco a sus ahorradores y la otra que tiene como referencia para el cobro de los créditos.
La situación de Banamex es típica del esquema usurero que prevalece en los bancos, siendo además un síntoma de la ineficiencia administrativa con la que sigue operando el sistema financiero mexicano.
Por ejemplo Banamex paga las tasas anuales más bajas por ahorrar: para un pagaré de 100 mil a 250 mil pesos Banamex paga una tasa de interés anual del 1.90% (tasa pasiva) en contrapartida cobra la tasa de interés más alta del mercado (tasa activa) por concepto de la tarjeta de crédito. La Clásica Internacional cobra el 39.93% anual. Estamos hablando de una diferencia de 38.03 puntos entre lo que Banamex paga a sus ahorradores y entre lo que cobra por intereses en una de sus tarjetas de crédito; y esto sin añadirle el costo de las comisiones y lo que es peor, la tasa de interés moratoria, que en el caso de Banamex sube hasta el 60% anual.
Para los créditos al consumo que se obtienen por medio de la nómina, las propuestas del sistema bancario son todas desventajosas para las personas que no tienen otra opción más que la de hipotecar su sueldo para salir de un apuro personal o familiar o bien porque carecen de ahorro para dar un enganche y buscan como solución a los acreedores financieros.
Con base a información de la Condusef tenemos que en total son ocho bancos los que ofrecen endeudamiento vía nómina, todos con opciones desfavorables: algunos cobran comisiones; otros le añaden el IVA; algunos penalizan los prepagos y todos tienen un marco de tasas muy altas.
De esta forma encontramos que Banamex ofrece “Adela”, con niveles mínimos para prestar sobre de la nómina de tres mil pesos y máximos de hasta 60 mil pesos. Las tasas de interés varían a seis meses de 28%; a doce meses de 23%; y a dieciocho meses de 24 por ciento.
Banca Afirme hace préstamos mínimos de dos mil pesos y la tasa es variable dependiendo del tabulador.
En Inbursa el programa se llama “Nómina Efe” prestan hasta tres meses del sueldo a una tasa del 3% mensual o bien 36% anual y en todos los casos se añade el IVA.
Banorte ofrece “Credinómina” con montos a financiar de hasta nueve meses de sueldo; las tasas son variables y las condiciones también.
BBVA Bancomer tiene “Crédito Nómina” con montos a financiar de hasta nueve meses de sueldo, con préstamos mínimos de tres mil pesos y máximos de 150 mil pesos. La tasa es del 25% anual más IVA.
IXE opera “Credinómina” que abarca hasta tres meses del sueldo de la persona y cobran una tasa de interés del 29% anual.
Santander Serfín tiene “Crédito Nómina” prestan hasta 6 meses del sueldo mensual a una tasa del 23% anual.
Y por último Scotiabank Inverlat opera “Credisponible”, con tabuladores máximos de tres meses de sueldo a una tasa de 38% anual a un plazo de 9 y 12 meses.
En todos los casos, sin excepción alguna, la persona que pretenda hipotecar su sueldo debe preguntar por las situaciones de contingencia cómo un incremento mucho mayor de las tasas; debe conocer el monto de las tasas moratorias que en suma son el triple de las tasas que está pagando el deudor; y debe preguntar si hay esquemas alternativos como renegociar la deuda a una tasa de interés fijo.
Las autoridades financieras deberían de regular a favor de un mercado del crédito en México con patrones más homogéneos y con parámetros definidos porque los bancos hacen lo que quieren, cobran lo que desean y amenazan, después, mediante gestores de cobranza y abogados a todas aquellas personas que no pueden salir de la trampa que ellos mismos les tendieron a sus clientes.
¿No qué íbamos a mejorar?
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com