El puntual descenso de Quetzalcóatl llega con el equinoccio de primavera
![]() |
Vista del Palacio de Quetzalcóatl en Teotihuacán
|
Ciudad de México.- 18 de marzo del 2005.- A las 06:34 horas del domingo 20 de marzo iniciará el equinoccio de primavera, es decir el día en que el tiempo de luz y de obscuridad son exactamente iguales, fenómeno astronómico que ocurre dos veces al año y ha generado una cultura en torno al Sol que data de la época prehispánica.
En nuestro país, el efecto arqueoastronómico más importante generado por los equinoccios ocurre en la zona arqueológica de Chichén Itzá, donde la orientación del "Castillo" permite que en su escalinata norte se proyecten siete triángulos de luz invertidos como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio, rematados por la cabeza de serpiente al final del edificio al ponerse el sol.
El efecto de luz y sombra del Castillo ha sido analizado profundamente y al margen de las explicaciones científicas representa quizá el mayor espectáculo arqueoastronómico más importante a nivel mundial, pero su fama ha dado lugar a una manía por el equinoccio, consistente en la visita multitudinaria a las zonas arqueológicas deMesoamérica.
El espectáculo natural del equinoccio se debe a que en las fechas cuando ocurre, la tierra es iluminada por el sol de igual forma en los hemisferios norte y sur, y la orientación del Castillo da lugar a lo que se considera el "descenso de Quetzalcóatl" en el que ha sido considerado su más importante altar.
Al atardecer de los días 20 o 21 de marzo y 21 o 22 de septiembre, según las variaciones de cada año, se observa en la escalera de ese monumento el espectáculo que suele reunir en ese lugar a miles de visitantes.
Aun cuando el "descenso de Quetzalcóatl" sólo se produce en Chichén Itzá, zonas arqueológicas como Teotihuacán, en el estado de México, Tula, Hidalgo, y Cacaxtla, Tlaxcala, son visitadas por miles de personas que lo mismo acuden a admirar los fenómenos arqueoastronómicos que a "cargarse de energía".
Un fenómeno similar se produce en la zona de Palenque, donde al atardecer el sol se proyecta a través del orificio de una pared e ilumina de manera exacta una horadación de un tablero al que hasta la fecha ha sido imposible descifrar sus jeroglíficos.
Los aforos en las zonas arqueológicas en las fechas del equinoccio, ya sea de primavera o de otoño, alcanzan cifras imposibles de precisar, aunque se estima que en Teotihuacán se han concentrado hasta cuatro millones de personas en un mismo día.
La dificultad para calcular el número de visitantes se deriva de que por tratarse de un dia feriado, la entrada es gratuita para los mexicanos y muchos extranjeros logran pasar sin pagar su boleto.
Especialistas en conservación arqueológica consideran que los daños materiales ocasionados por esas reuniones multitudinarias durante los equinoccios equivalen a los provocados en diez años y reconocen que es imposible tratar de controlar a los visitantes.
Hacia las 12:00 horas del 21 de marzo de todos los años miles de personas tratan de ubicarse en la cúspide de la Pirámide del Sol de Teotihuacán para "cargarse de energía", cuando la hora y fecha no guardan relación directa con el inicio y final del equinoccio, y para lograrlo escalan el edificio por las paredes de los cuatro costados.
En la ciudad de México, la pirámide de Cuicuilco también es visitada ese día por miles de personas que igualmente acuden bajo la creencia de que ahí podrán renovar sus energías vitales y para alcanzar sus propósitos invaden muchas de las zonas restringidas ocasionando daños materiales de consideración. (Notimex)