Las grutas del “Jaguar” localizadas en Ticul, Yucatán, consideradas una nueva maravilla a visitar

Una vista apacible de
Ticul, Yucatán

Mérida, Yucatán.- 12 de marzo del 2005.- En la ciudad de Ticul, Yucatán aumentó el número de visitantes que llegan a conocer las recientemente descubiertas grutas llamadas "El Jaguar", donde se pueden conocer aspectos que permanecían ocultos bajo la tierra.

Este descubrimiento, señaló el coordinador de la agrupación Ticul Mayan Travel, Jaime Balam Carrillo, se ubica a 90 kilómetros al sur del estado, donde la roca que compone la serranía que cruza la Península de Yucatán, ha formado numerosas cavernas.

Estas cavernas, continuó, tienen figuras formadas por las filtraciones de agua durante millones de años y constituyen una "auténtica aventura" que pone a prueba la condición física del paseante.

Explicó que para arribar al sitio donde se localiza, hay que llegar hasta el rancho "Santa María" situado a seis kilómetros rumbo a la ciudad de Mérida.

Ya en ese lugar, es necesario caminar un kilómetro sobre las faldas de un cerro hasta llegar a la cima donde se localiza la entrada a las cavernas, añadió.

El interior de las cuevas, además de los atractivos naturales del lugar, se suma la aportación de la mano del hombre que se refleja en vasijas de barro decoradas cuya antigüedad se calcula en 800 años, es decir, del período Clásico Temprano.

"Hay fragmentos de cerámica por doquier, tiestos y huesos de un animal que suponemos fue un jaguar, de donde se tomó el nombre para bautizar la caverna, además de trincheras que podrían haber servido durante "La Guerra de Castas" que sacudió a Yucatán a fines de la primera mitad del siglo XIX", comentó.

En una de las grutas, dijo, se conserva la estructura pétrea de lo que al parecer fue un altar para rendir culto, pues los antiguos mayas veneraban la fertilidad masculina para garantizar el nacimiento de guerreros.

Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que hace poco incursionaron dentro de la gruta creen que este lugar pudo haber sido un centro ceremonial reservado para los sacerdotes de los pueblos indígenas que se asentaron en las inmediaciones de la urbe precolombina de Curul o Cul, ahora Ticul. (Notimex)

Redacción Azteca 21

Leave a Reply