Autorizan Hacienda y Consar nueva afore

Todos quieren entrarle al negocio de la administración de los ahorros para el retiro de los trabajadores mexicanos y de la del  grupo de personas que se emplean por su cuenta, facultadas, para de manera voluntaria, acceder a un  esquema de pensión para el futuro.
 El mercado  tiene un vigor sustentado en captar a las personas en el autoempleo, la economía informal, subterránea, el ambulantaje y el subempleo, de tal suerte que acudan a una Afore para comenzar a ahorrar de manera voluntaria para el retiro. Son  un porcentaje muy importante de la población mexicana.
 El negocio de las Afores es redondito y más rentable en el largo plazo que el de cualquier otra empresa del sector financiero, pero al igual que sucede con los otros intermediarios financieros  domina con fuerza el capital foráneo.
 La extranjerización no es exclusiva de los bancos, está inmersa en las aseguradoras y en las Afores. Domina con fuerza en los grupos más fuertes de cada segmento del mercado financiero acaparando tanto el sistema de pagos, como el negocio de los seguros y la administración de un caudal de miles de millones de pesos  del dinero de los trabajadores que en su conjunto se acumulan mes con mes.
 Las autoridades reguladoras y supervisoras del Sistema del Ahorro para el Retiro, la Secretaría de Hacienda y la Consar,  han permitido que bancos compren Afores y que empresas aseguradoras compren Afores.
 A veces nos preguntamos si las autoridades reguladoras entendieron la magnitud del problema de cuánto sucedió, primero previo a la crisis de 1995, con los escándalos del Banco Unión propiedad de Carlos Cabal Peniche investigado por fraude y participación en cuentas off shore. Después el efecto dominó que generó en la banca la crisis de 1995 con alzas de tasas de interés superiores al 100 por ciento, que sirvió de camuflaje, pretexto, para que otros bancos con operaciones igual de turbulentas como las del Banco Unión se colgaran del rescate que implementó el gobierno del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. 
 Los holdings financieros (casas de bolsas dueñas de bancos, empresas de factoraje, arrendadoras, casas de cambio, aseguradoras, afianzadoras, uniones de crédito, almacenadotas; ec)  que surgieron de la privatización fomentada en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari sufrieron, todos, de quebrantos y problemas con crisis de contagio que saltaron del balance contable de una casa de bolsa al banco hasta sucesivamente contaminar a todas las empresas que formaban parte de cada holding.
 Las autoridades supervisoras aplicaron nuevas reglas prudenciales y marcos más estrictos para evitar que una empresa capitalizara a otras del mismo grupo. Curiosamente en los noventa se repitió el mismo esquema del que acusó en su momento el presidente José López Portillo a los dueños de las instituciones de crédito en la década de los ochenta, de “servir de caja chica de los empresarios”.
 En el 2000 con todo y que tenemos una legislación más estricta en el sector financiero para evitar la contaminación y tergiversación contable entre controladoras y subsidiarias, queda la duda de si los bancos dueños de Afores no utilizaran a estas empresas para capitalizarse. Cuidado.
A COLACIÓN
 La pregunta del millón de dólares, ¿por qué si los holdings financieros resultaron tan problemáticos y vulnerables, después de la crisis, las autoridades permitieron que muchos de estos bancos ya extranjerizados tuvieran Afores?
 El asunto es toral y delicado por el volumen del dinero que operan las administradoras y por la connotación social que tiene el retiro.
 Quizá hubiera sido más sano evitar que el negocio de las Afores quedara fuera del área de poder de los bancos y de las aseguradoras, mantenerlo totalmente independiente, sobre todo para preservarlo de las lecciones que debieron ser entendidas del teje y maneje de los bancos en los ochenta y del mismo en los holdings de los noventa.
 A veces nuestras autoridades del sector financiero caen en lo abstracto ante decisiones como la de conceder una licencia a Grupo Elektra, S.A. de C.V. y Elektrafin Comercial, S.A. de C.V., del empresario Ricardo Salinas Pliego,  para operar como institución de banca múltiple con el registro de Banco Azteca a partir de abril de 2002, una autorización rubricada por José Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda.
 Con la licencia, Elektra se ahorró la inversión en sucursales apropiadas para operar  un banco, además de que se ha beneficiado de la mejor de las estrategias de venta, porque al entrar la gente a la tienda de electrodomésticos a realizar sus operaciones financieras sale con una  plancha o la televisión.
 A estas alturas, sólo falta que Gil Díaz le conceda la autorización a Liverpool, Fábricas de Francia o el Palacio de Hierro para que tengan su propia caja chica, digo, su Banco Liverpool; etc.
 Desde hace un año Elektra-Banco Azteca se extendió hacia el ahorro para el retiro con Afore Azteca que ya tiene 821 mil 973 trabajadores afiliados hasta diciembre de 2004.
GALIMATÍAS
 De diciembre de 1998 a diciembre de 2004 aumentaron 140.9% el número de  trabajadores afiliados a las Afores, un total de 33 millones 316 mil 492 trabajadores. Los recursos administrados hasta diciembre de 2004 tienen un saldo de 717 mil 513.8 millones de pesos.
 Las tres Afores más fuertes del sistema son: Afore Banamex con 5 millones 822 mil 157 trabajadores; Afore Bancomer con 4 millones 324 mil 299 afiliados; y  Profuturo GNP con tres millones 361 mil 548 trabajadores.
En total el sistema que registra la Consar tiene 13 Afores operando. Empero, a lo largo de 2005, empezarán a funcionar Invercap S.A de C.V y MetLife Afore S.A de C.V.que obtuvieron la licencia desde el año pasado.
Recientemente Gil Díaz concedió la autorización a Banco del Bajío y Banco Afirme para constituir  la Administradora de Fondos para el Retiro Afore Afirme-Bajío con sus respectivas Siefores: Afore Afirme-Bajío, S.A. de C.V. Siefore Básica 1 Afirme-Bajío, S.A. de C.V. y Siefore Básica 2 Afirme-Bajío, S.A. de C.V.
Es muy probable que sigan añadiéndose nuevos competidores para la administración de los ahorros para el retiro, es un asunto que atañe directamente a la calidad evaluatoria de Hacienda y la Consar y a la visión de largo plazo que tienen del sistema para las próximas décadas.
Lo que sigue siendo revelador es el nivel de privilegio con el que los dueños de los bancos son tratados, con todo a su alcance en bandeja dorada, aunque el historial de muchos no sea nada impecable. ¿Dónde queda la solvencia moral?
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

Leave a Reply