El Sida es una seria amenaza global

Se quedó corta. La Casa Blanca califica al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) como a una amenaza interna para Estados Unidos, aunque la dimensión del problema no es propia de la agenda de un solo país sino un asunto de amenaza global, de reto a las políticas gubernamentales, de tensión a los servicios de sanidad y de presión a los presupuestos públicos y privados. 
 Tenemos entre manos un asunto muy delicado que el propio Almanaque Mundial 2005 califica “como a la principal causa infecciosa de muerte en el mundo con una tasa de letalidad cercana al 100% sino se trata a tiempo. Desde la peste bubónica del siglo XIV, ningún agente patógeno había causado tales estragos”.
 Al respecto tomemos conciencia de cuánto está sucediendo en nuestro entorno con un aspecto que atañe a la salud mundial,  en el que prácticamente no hay ningún país a salvo y en dónde las  diferencias también quedan expuestas entre los países con mayores recursos versus aquellos con menores recursos. No es lo mismo vivir en  Estados Unidos que en algún país de África.
 Puntualizaciones del contraste, el Almanaque refiere que en Australia,  Europa y Japón,  algunas personas con Sida llegan a reanudar su vida laboral de manera normal. En los países más atrasados o con desarrollo desigual, la persona que es portadora o desarrolla el virus, es sinónimo de exclusión, despido laboral, discriminación y rechazo social.
 No basta con enfermarse, los efectos negativos se trasladan a distintas esferas de la sociedad, la familia y  la economía.  El África subsahariana parece predestinado al colapso económico porque el Sida afecta principalmente a personas en edad productiva.
 La Organización Mundial de la Salud (OMS) documenta que el Sida ha cobrado la vida de más de 20 millones de personas y es, en los albores del siglo XXI, la principal causa de muerte y de años perdidos de vida productiva entre los adultos de 15 a 59 años de edad.
Diversas estimaciones refieren que  a nivel global la cifra actual de seropositivos está comprendida entre 34 y 46 millones de personas. Y si no reciben tratamiento, todas  tendrán una muerte prematura. ONUSIDA dice que son 39.4 millones de personas afectadas.
Aunque en este tema tampoco encontramos cifras compatibles, se sabe que en 2003 murieron tres millones de personas y cinco millones más se infectaron del virus. En algunos países la situación es francamente alarmante como sucede en materia de supervivencia entre los adultos de África, quienes han sufrido un retroceso tan grande que en Bostwana, Lesotho, Swazilandia y Zimbabwe, el Sida ha reducido más de 20 años la esperanza de vida de hombres y mujeres.
De manera acuciante, la  propia OMS alerta que la infección por VIH está incrementando otras epidemias de alcance mundial, por ejemplo, la tuberculosis.

A COLACIÓN
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que a finales de 2004 alrededor de seis millones de personas necesitaban tratamiento en los países en desarrollo; y únicamente se cubrieron a la mitad. La otra mitad –tres millones- deberán atenderse a lo largo de  2005.
No  obstante, a mí entender,  estamos hablando de números minúsculos,  ¿Podemos creer en estas cifras cuando en el Foro de Davos, Suiza denunciaron que 23 millones de africanos comenzaron el siglo infectados con VIH? Esto significa que el esfuerzo debería cuadruplicarse para proporcionar tratamiento a la mayor parte de los enfermos.

GALIMATÍAS
En México,  el Presupuesto Federal 2005 destinado por el gobierno del presidente Vicente Fox para el programa de VIH/Sida es de 618 millones de pesos, 200 millones más, respecto del gasto del año pasado.
¿Se le hace mucho o poco? Si quiere un parámetro le comento que es casi el equivalente a todo el sueldo neto mensual del personal de mando superior y medio de la Secretaría de Hacienda. Igualmente le proporciono la  referencia que  Luis Pazos, actual director de Banobras, en riesgo de investigación por supuesto desvío para financiar su libro, hace dos años como presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados redujo en  30 millones de pesos el presupuesto para el VIH/Sida. Hasta sigue con rezago.
 Según el Registro Nacional de Casos de Sida, en México había detectados  90 mil 043 casos de Sida; 75 mil 437 son hombres y 14 mil 606 son mujeres.
 Lo más grave del comportamiento de esta enfermedad en el país es que se avanza sintomáticamente entre personas heterosexuales y muestra una tendencia preocupante ha incrementarse en el género femenino. La ONU, la OMS, Conasida y la SSA señalan el punto flaco: “No usar condón”.
 En México la prevalencia del VIH/Sida es de 0.3% entre la población adulta, que lo ubica en el lugar 77 en el mundo. En la región de América Latina y el Caribe, el país ocupa el lugar 23 de 48, es decir, todavía nos encontramos entre los países con menor prevalencia en la región, por debajo de Brasil, Honduras y Belice. Pero las corrientes de migración centroamericana con estadía en México son un foco latente de contagio en los estados del Sur-Sureste del país.
 Con los padrones de Conasida podemos saber qué entidades tienen la mayor problemática en casos acumulados por Sida hasta el 15 de noviembre pasado. De esta forma encontramos que el Distrito Federal encabeza la lista con 18 mil 742 casos; le sigue Estado de México con 9 mil  617 personas infectadas; en tercer lugar Jalisco con 8 mil 298 personas con Sida; luego Veracruz con 7 mil 659; Puebla con 4 mil 480; Baja California con 4 mil 007; Guerrero con 3 mil 210 personas; Chiapas con 2 mil 629; Oaxaca con 2 mil  616; Michoacán con 2 mil 539 y Nuevo León con 2 mil 384 personas infectadas; etc.
 Es importante que las autoridades de Salubridad en el país establezcan una clara correlación entre la incidencia del Sida por el retorno de los migrantes desde Estados Unidos hacia sus lugares  de origen; y el aumento del  virus en centros urbanos detonados por la maquila. Hay que ir trabajando por medio de cordones sanitarios para evitar una mayor propagación. Es muy revelador que esta enfermedad mortal ha penetrado a diversas comunidades indígenas expuestas al retorno de sus familiares.
 Me parece amigo lector que sobra decirle que vivimos tiempos complejos en los que enfrentamos una caja de Pandora en casi todos los órdenes de la vida humana y sus formas de organización. Estamos obligados a permanecer muy alertas, porque antes que el impacto económico está lo más esencial para proteger: usted mismo. Cuídese amigo lector.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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