Sorpresivo crecimiento en 2004 ¿podrá sostenerse?

La semana pasada  el INEGI reveló el crecimiento que México alcanzó en 2004, con un PIB de 4.4% cifra superior a todos los pronósticos oficiales y las estimaciones de los organismos internacionales.
  La noticia es positiva en la medida en que terminaron tres años de atonía en materia de crecimiento, pero más que ser bienvenida con encomio,  entre los mexicanos persiste una especie de desencanto e incredulidad que pone en tela de duda que el PIB pueda mantenerse en este nivel en lo que resta del sexenio.
 Buena parte del desconsuelo y la indiferencia de la población derivan de un  logro macroeconómico que no ocasionó mejoría alguna en el bolsillo de la población, en general golpeada por los constantes vaivenes, por las caídas abruptas y la falta de acciones a favor del desarrollo.
 También el sector empresarial se pregunta dónde está de manera concreta el crecimiento que celebra el presidente Vicente Fox y que anuncia con presunción a diestra y siniestra en sus recorridos por el país.
A pesar de que la actual administración no ha enfrentado una crisis devaluatoria, de balanza de pagos, una fuga de divisas o la falta de solvencia para hacer frente a los pagos de los intereses de la deuda externa, la verdad es que Fox y su equipo no se libraron del maleficio económico que desde 1982 pesa sobre de los presidentes que asumen el poder. Es interesante constatar por medio de gráficas que al entrar un nuevo presidente al poder, la economía sufre una crisis, pero se va componiendo hasta mejorar sustancialmente hacia fin del periodo de gobierno.
 Hoy por hoy nos preguntamos, ¿si crecimos por qué no hay dinero? Las familias padecen por liquidez, las empresas apenas completan para el pago de la nómina, los proveedores amplían sus pagos a crédito y todo el negocio se mueve no de manera constante y sonante sino en cómodas mensualidades. Así vivimos en México a base del crédito.
 No hay mucho qué celebrar en un entorno en el que creció la economía, pero aumentaron significativamente las remesas y el desempleo.  En dónde el bienestar brilló por su ausencia como claro ejemplo del reparto inequitativo de la riqueza que se genera anualmente en el país.
 El crecimiento económico que atañe a los números, a la parte cuantitativa, no puede olvidar los beneficios que se genera entre la población cuando éste se transforma en medidas de bienestar, en logros cualitativos, por medio del desarrollo. Por ello no hay vítores por el 4.4% por que la parte cualitativa no recibió recompensa alguna y la población percibe un espejismo. Alguien decía por allí que se trataba más de una “llamarada de petate”.
 La verdad más dolorosa es que carecemos de una estrategia para el crecimiento. En tanto la economía de México siga dando tumbos, con altas y bajas, caídas pronunciada, recuperaciones dolorosas, será imposible concretizar  resultados, cuantitativos y cualitativos, que redunden en una mejoría del nivel de vida de los mexicanos.
 En cada año que inicia, priva una atmósfera de  incertidumbre que no es buena para los planes de las empresas que ante un panorama lleno de incógnitas prefieren adoptar una actitud conservadora respecto a las nuevas contrataciones de personal.

A COLACIÓN
 En alguna parte de la economía mexicana se tiene que estar haciendo negocio para hablar de un crecimiento del 4.4 por ciento.
 De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Economía y el INEGI, los sectores más dinámicos son: 1) La industria maquiladora de exportación 2) .El sector servicios. 3) La industria de la construcción. 4) El sector servicios financieros. Y 5) Las telecomunicaciones.
 México al tener una economía abierta depende en gran medida de lo qué pasa a nivel global y fundamentalmente de cuánto acontece a Estados Unidos. 
 Ya hemos dedicado varias columnas a demostrar la correlación existente entre ambos países.
 El año pasado fue más perceptible en la Unión Americana un rebote a favor del alza de las importaciones, fue un aspecto que favoreció a la industria maquiladora de exportación mexicana con un ascenso del 11 por ciento en 2004. 
 En la balaza comercial de México encontramos que el valor total de las exportaciones de mercancías fue de 188 mil 627 millones de dólares, con un crecimiento de 14.5 por ciento. Tal resultado fue impulsado por el aumento del 27.2% de las exportaciones petroleras y de 12.9% de las no petroleras.
 Otro componente importante para el crecimiento del año pasado tuvo su origen en la Inversión Fija Bruta  (IFB) que en el penúltimo mes de 2004, presentó un incremento del 14.1 por ciento. Este indicador refleja el dinamismo de las áreas de la producción que demandan más inversión en maquinaria y activos fijos para poder hacer frente a la expansión del negocio. La acumulación de capital en activos fijos es un buen indicador de que se está generando una derrama económica.

SERPIENTES Y ESCALERAS
 Como en la rueda de la fortuna, subimos y bajamos. Para el 2005, los pronósticos  de la Secretaría de Hacienda ubican un  PIB de 3.8 por ciento.
Por su parte, los analistas privados tienen sus propios vaticinios, todos muy variados: Scotiabank Inverlat anticipa: un PIB de 4.4%; inflación de 4.5%; tipo de cambio promedio de 12.1399 pesos por dólar; cetes a 28 días promedio de 8.5 por ciento. El Área de Análisis Económico de Banamex  estima un PIB de 3.72%; una inflación del 4.40%; cetes a 28 días  de 8.70%; y un tipo de cambio  de 11.61 pesos por dólar. Y el Grupo de Estudios Económicos de BBVA Bancomer espera un PIB de 3.8%; una inflación  de 4.2% y una tasa de cetes a 28 días de 9.1 por ciento; y un tipo de cambio de 11.90 pesos por dólar.
 Se trata de una muestra de pronósticos, de números, pero insisto el crecimiento logrará resultados cualitativos en la medida en que sea sostenible en el largo plazo, distributivo e incluyente.
 El  PIB de 2004 es bueno, pero faltó la inteligencia para el bienestar. Resulta inaceptable que México se haya ubicado por debajo de Cuba en los parámetros que constituyen el Índice de Desarrollo Humano. El año pasado el Informe Sobre Desarrollo Humano 2004  ubicó a Cuba en el lugar 52 y a México en el 53. Los países más desarrollados del orbe fueron: Noruega, Islandia, Suecia, Australia y los Países Bajos, situados en los  primeros lugares de la lista.
 El año pasado el PIB per cápita de los mexicanos fue de 8 mil 970 dólares, cuando por ejemplo en Noruega fue casi de 30 mil dólares. ¿Abismal no lo cree?
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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