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Las canciones más coreadas fueron
las de los narcocorridos
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Los Angeles, California.- 14 de febrero del 2005.- (Notimex).-Los Tigres del Norte rugieron de nueva cuenta en Los Ángeles en un concierto nostálgico que terminó siendo un diluvio de más de dos horas de complacencias para sus miles de seguidores en los Estudios Universal de Hollywood.
El rugido del tigre fue afectado por una permanente lluvia que azotó al sur de California, y que se extendió en el interior del recinto, pero esto fue olvidado cuando los originarios de Rosa Morada Sinaloa complacieron a sus seguidores con peticiones de sus éxitos.
Fueron casi 40 canciones interpretadas en una actuación en el anfiteatro de Los Estudios Universal de Hollywood, que esta vez tuvo algunos claros en las partes altas que mostró, quizá por la lluvia, que no pudieron llenar como en otras ocasiones, el prestigiado sitio.
Fue notable ver como el anfiteatro convertido en la guarida de la fiera, pasó a ser como cualquier otro lugar en México, en donde parroquianos mandan las peticiones y las complacencias que se cumplen de inmediato para dar gusto al respetable.
Entre los asistentes fue notorio el contraste con conciertos de otras figuras en donde esta vez no aparecieron las minúsculas minifaldas, ni gritos estruendosos ni publico de pie, sino más bien el que vino a disfrutar sentado y entonando todos los éxitos.
Con predominio de público mexicano, pero también centro y sudamericano que les mandó recados escritos que el tigre mayor Jorge Hernández leía al tiempo que complacía peticiones, la mayoría de estos fueron gente adulta, con grandes sombreros y botas.
Los Tigres que se presentaron de traje negro en terciopelo y con camisa negra y botas color vino, lo hicieron sin una escenografía ostentosa, más bien sencilla, y respaldados sólo por efectos de luces y dos enormes pantallas con que consta este centro de espectáculos.
Ahí los asistentes festejaron y entonaron los recorridos musicales de este grupo con casi 40 años y cerca de 60 álbumes grabados, con temas como corridos, románticas polkas y cumbias, que forman parte de su estela musical.
Aquí no faltaron "Camelia la texana", "Contrabando y traición", "El jefe de jefes", "Rosita de olivo", "En la mesa del Rincón" "Golpes en el Corazón", "Los dos plebes", entre muchas otras.
Entre lo novedoso de los hermanos Hernández, radicados en San José California, fue que interpretaron su más reciente lanzamiento "La sorpresa" en el que dos hombres conversan en un taxi sobre el amor de su vida.
También interpretaron la reflexiva "Somos más americanos; el niño y la boda", "Tres veces mojado" -el tema de indocumentados centroamericanos-, "La prisión de amor", "De paisano a paisano", "La reina del sur", "La jaula de oro" y "La infaltable puerta negra".
