Remesas: afianzan su potencial
Los flujos por remesas que envían los connacionales desde Estados Unidos hasta México, afianzan su importancia para beneficio de millones de familias en el país.
Todo indica que la tendencia es a favor de mayores flujos anuales. El Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pronostica crecimientos, promedio, del 7% en las remesas para América Latina, lo que hace suponer que la región recibirá hasta 2010 saldos acumulados por 500 mil millones de dólares. México encabeza la región como el principal receptor de remesas.
En 2004, los mexicanos que trabajan en Estados Unidos enviaron al país remesas por 16 mil 612.8 millones de dólares. En 2003, el saldo preliminar de remesas fue por 13 mil 266 millones de dólares, que ajustados definitivamente en la Balanza de Pagos, quedó en 13 mil 396.21 millones de dólares. Esto implica que el año pasado las remesas subieron 24 por ciento.
Desde que el primero enero de 1994 se puso en marcha el TLCAN o NAFTA, hemos atestiguado un mayor éxodo de mano de obra mexicana en busca de mejores oportunidades allende las fronteras y un incremento exponencial en los flujos por remesas, los famosos “migradólares”.
En 1993, la balanza de transferencias (forma parte de la Balanza de Pagos) reportó, por concepto de envíos en dólares de mexicanos en Estados Unidos un total de 3 mil 333 millones de dólares. Diez años después, el Banco de México contabilizó 13 mil 396.21 millones de dólares, que evidencian lo innegable, un crecimiento del 301.92 por ciento.
El INEGI afirma que al menos 1.4 millones de familias con un promedio de entre 4 a 6 personas se han beneficiado de las remesas en la última década.
A COLACIÓN
Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México, reveló el saldo de las remesas de 2004 por 16 mil 612.85 millones de dólares, lo hizo algunos días atrás, con una reflexión interesante. De acuerdo con Ortiz Martínez, los dólares por remesas no son producto de más migración, ni de más dinero en los envíos, más bien lo que sucedió es que las instituciones bancarias en Estados Unidos han sido más flexibles para captar a los migrantes, muchos sin papeles, y al entrar el dinero al banco para hacer la transferencia electrónica, el mecanismo permite cuantificar los dólares que antes el migrante enviaba por otro lado más costoso y más inseguro.
De responder a esta lógica entonces todavía no hemos conocido el verdadero potencial del fenómeno, si como dice Ortiz Martínez, al entrar los envíos por remesas a la formalidad del sector financiero se puede llevar un patrón y un registro, esto implica que estamos por descubrir que los envíos son muy superiores.
La gran mayoría de los 16 mil 612.8 millones de dólares fueron enviados a través de transferencias electrónicas (14 mil 496 millones de dólares), lo que representó un 25.9% más que el año anterior. Es decir más gente acudió a un banco para realizar su transferencia electrónica de una cuenta bancaria en Estados Unidos a una cuenta bancaria en México.
El resto de los envíos fueron remitidos mediante giros postales (mil 883 millones de dólares), un 16% más que en 2003, y en efectivo solamente la cantidad de 233.6 millones de dólares, lo que representó una baja del 8.2 por ciento.
En 2004 se efectuaron 50.87 millones de operaciones (nueve millones más que en 2003) de remesas que promediaron los 326.55 dólares, lo que significó un aumento de seis dólares con relación al 2003, según datos del Banco de México.
Un aspecto para subrayar es que por segundo año consecutivo, las remesas fueron más importantes que los dólares recibidos en el país por concepto de inversión extranjera directa y por turismo.
GALIMATÍAS
El fenómeno de las remesas y la migración va mucho más allá del simple envío de dólares. Es tiempo que lo reconozcamos y le demos el tratamiento económico, social, cultural y político que merece. De manera coloquial, pero muy cierta, el escritor Carlos Monsiváis, propone que el gobierno inaugure “la Secretaría del Migrante”.
El punto focal es que se ha perdido la dimensión de cuánto ha sucedido con el país en estos últimos diez años y los diversos gobiernos únicamente marean el asunto con programitas dispersos instrumentados sin ton ni son entre una Secretaría y otra.
El fenómeno de las remesas y la migración implica: 1) Aceptar que hay una transculturización importante, una penetración de ideas y formas de vida que el migrante trae hacia sus comunidades de origen y esto implica el fomentar cambios que se manifiestan a través de más abandono de las comunidades; de violencia intrafamiliar; de violencia social a través de bandas de cholos o maras mexicanos. 2) Reconocer que es una prioridad de salud pública por el retorno de mexicanos muchas veces infectados por el VIH y el SIDA que llegan como foco de infección a sus familias y sus comunidades. 3) El envío de dólares promueve la bancarización de miles de personas, muchas que no saben ni leer ni escribir, para abrir una cuenta en el banco de las ciudades más cercanas a sus comunidades con la finalidad de recibir los envíos mensuales de dólares. Las remesas acercan a las personas a utilizar una tarjeta de débito y a aprender a usar el cajero automático. El aspecto financiero ha creado necesidades que antes no había en las comunidades beneficiadas por las remesas como más servicios y la instalación de sucursales bancarias. 4) Cada vez más dólares para las familias mexicanas fomentan la utilización del billete verde como moneda de pago, en detrimento de desplazar al peso, e incluso son perceptibles los anuncios de venta de terrenos, casas y automóviles en dólares. Hay una circulación silenciosa y extraoficial del dólar. 5) Alrededor de este fenómeno que moviliza en promedio a mil mexicanos al día para cruzar la frontera con Estados Unidos ha crecido a la par aspectos negativos como redes delincuenciales dedicadas al tráfico de personas y coyoteros. 6) Tampoco se puede dejar de mencionar que la migración detona otro factor como el arribo al país de millones de vehículos usados, los llamados “chocolates”.
Hemos mencionado algunos aspectos que se pueden observar en la parte de la microeconomía. No hemos abordado el significado macroeconómico de esos miles de millones de dólares ni el potencial político de los millones de migrantes para influir en el destino del país que abandonaron, una vez que puedan votar en el extranjero. Si me permite amigo lector lo comentamos en la columna de mañana.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com