La valiosa pintura de Miguel Cabrera “Regina Angelorum” vuelve a Catedral

Virgen Dolorosa del pintor mexicano
Miguel Cabrera (1695-1768),
uno de los artistas más prolíficos
del arte virreinal del siglo XVIII

Ciudad de México.- 2 de febrero de 2005.- (El Universal) La Reina de los Ángeles (Regina Angelorum ) pintada por el mexicano Miguel Cabrera en 1767, volverá a mostrar su esplendor en la Catedral Metropolitana. Y es que luego de seis meses de una intervención profunda por parte del Taller Restauro y Conservación, este tesoro del arte colonial será devuelto a su lugar de origen en abril, en el contexto del XXI Festival de México en el Centro Histórico.

Cada año, este Festival ha tenido la vocación de restaurar una pieza artística de diversos templos de la ciudad de México. En esta ocasión se eligió la obra de Miguel Cabrera (1695-1768) artista muy prolífico para quien el tema mariano, y más concretamente la Virgen de Guadalupe, ocupó gran parte de su obra, por considerar que es una de las pinturas más importantes de la Catedral y porque debido a su deterioro era urgente intervenirla.

Mónica Baptista, directora del Taller Restauro y Conservación, señala que más allá del trabajo que se realice este año con la obra monumental de 3 x 4 metros, sería recomendable que en los años siguientes se restauren las otras tres piezas que conforman la serie pintada por Cabrera. "Son cuatro grandes óvalos originalmente pintados para el Convento de San Francisco y que muchos años después fueron a dar a la Catedral".

La iconografía de Regina Angelorum tiene como escena central a la Virgen María y todas las legiones de ángeles a su alrededor. Hay tres grandes ángeles que van a coronarla para otorgarle las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. En la obra también está el Arcángel San Miguel, el Ángel de la Guarda y otros querubines volando en el cielo. El colorido es en rojos y azules.

Debido a su antigüedad de casi 250 años y a que la obra ha permanecido durante muchos años en los muros de la Catedral, los materiales del lienzo sufrieron diversos deterioros como roturas, humedad, desprendimientos de pintura, polvo oscurecimiento y oxidación de la pintura, ocasionados por la exposición al hollín generado por las veladoras.

"Era una pieza quebradiza, oxidada, manchada y su bastidor no ejercía tensión, entonces le dimos nueva vida. Para esto intervinieron siete especialistas que utilizaron técnicas que permitirán conservarla muchos años más. Ahora tiene un nuevo soporte de una tela de lino holandesa, nuevo bastidor y eso la protegerá de los cambios de clima y de las humedades", indica Baptista.

A mediados de abril, en el contexto de la inauguración del XXI Festival de México en el Centro Histórico, la pintura será recortada, enrollada y trasladada a un lugar cercano a la Catedral, donde será montada, barnizada y se llevará cargando hasta donde quedará instalada.

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