“Rosas negras”, de Ana García Bergua, una novela para despertar el alma de la mujer

Una portada misteriosa,
como el alma de la mujer

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 24 de enero de 2005. A fines del año pasado salió a la venta en las principales librerías del país la última novela de Ana García Bergua, "Rosas negras", editada por Random House Mondadori en su sello Plaza y Janés, la cual se puede considerar como una obra donde el espiritismo se queda atrás de la mujer en cuanto a tema de la historia.

La autora ubica su novela en una pequeña ciudad provinciana de nombre San Cipriano —cuya atmósfera vital, creo, tiene similitudes con la de alguna ciudad del centro del país, como San Luis Potosí o Zacatecas—, en donde la vida parece transcurrir sin novedades día tras día.

Por eso la muerte súbita de un personaje, en un concurrido lugar de reunión de la sociedad ciprianense, suscita rumores y proporciona motivos para que la ociosa gente pueda ocupar en algo la saliva de su boca y la ponzoña de su vida.

El muerto es Bernabé Góngora, un mueblero que deja viuda a una adorable mujercita cuyo halo de misterio e ingenuidad —además de ser la heredera de la próspera fábrica de muebles— resultan ser los mejores estímulos para que le sobren pretendientes.

Pero lo interesante del asunto es que el espíritu del marido muerto se queda atrapado en el candil del restaurante donde murió y presencia asombrado cómo todo adquiere otro sentido; valora más a su mujer y advierte que la amistad pende de un hilo sutil y delicado que casi siempre está listo para romperse, como se lo demuestran los que se decían "sus amigos".

Aunque en un principio la trama se concentra en el aspecto del espiritismo, pues varios miembros prominentes de San Cipriano pertenecen a una sociedad secreta —debo acotar que la novela se desarrolla en México a fines del siglo XIX— que gusta de convocar a tales seres inmateriales, poco a poco la viuda, Sibila, se va convirtiendo en el foco de interés y el espiritismo queda relegado.

Quizás sea pertinente señalar que la novela es como un río de voces y de historias, de puntos de vista y perspectivas que confluyen en San Cipriano, donde la vida es más interesante y vital de lo que se imaginaba en un inicio. Es decir, estamos en una ciudad donde tenemos de todo: la solterona rica, el poeta célibe, el médico seudoseductor, el gobernador omnipotente, el doctor eminente que es director de un prestigiado manicomio para gente bien, la tía alejada del mundo que tiene arranques de ascetismo, la mujer casada sin vida propia que al quedarse viuda debe inventarse una…

En otras palabras, tenemos una novela que tiene una trama delicadamente elaborada en la que, considero, las historias de los personajes se entrecruzan y le confieren mayor interés, sin embargo, los resultados no parecen tener mayores consecuencias; es decir, todas las historias son buenas, pero no se impone una u otra, se superponen y no pasa nada realmente relevante en ellas. Nos quedamos con los personajes, que resultan muy interesantes y de los que nos quedamos pensando qué sucederá con ellos.

Sí, una historia donde los personajes se imponen a ésta. En este sentido, cabe mencionar la variedad de recursos estilísticos de que echa mano García Bergua para componer la estructura de la novela: la epístola, el artículo de divulgación, el monólogo interior, los diálogos… Todos empleados con soltura y oportunismo, pero sin lograr hacer estallar la historia principal de la novela (¿o acaso eso significa que Sibila se convierta en médium?).

En fin, "Rosas negras" es una novela de una textura diferente —por decirlo de alguna manera— en nuestra literatura contemporánea, cuya lectura nos deja el deseo de conocer más lo que podría sucederles a estos personajes en una posible continuación. Un ejercicio estilístico de excelente realización que vale la pena leerse.

Ana García Bergua

Nació en la ciudad de México en 1960. Estudió letras francesas y escenografía teatral. Ha publicado las novelas "El umbral", "Púrpura", y el libro de cuentos "El imaginador", así como "Postales desde el puerto, crónica de viaje sobre Veracruz". En Random House Mondadori ha publicado también el libro de cuentos "La confianza en los extraños". Desde los años ochenta publica cuentos y crónicas en revistas y suplementos culturales. En 1992 obtuvo la beca para Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores.

Redacción Azteca 21

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