COMO LA CERCA DE RAMA

No sirve pero algo ataja, así parecen estar los «honorables» diputados que de necios no los baja «el profeta de El Bajío», que desde la estrella en que lo subió su segunda esposa ve que los dos años que faltan serán los mejores y que la cosecha empieza, así que amacícense de los tientos, que vamos a galopar en los años que están por venir, que serán de colectas permanentes, disfrazadas para el despiste por las auditorias a Vamos México y a la Lotería Nacional, aunque retoben los editorialistas nacionales y extranjeros en tratándose de donativos es principio elemental de la gobernante del cambio, que hasta el cambio de los cerillitos de las tiendas se agenció, no tener cartas aborrecidas.

Los conscriptos de la legislación, representantes del pueblo, mientras en Los Pinos cosechan ellos discuten con los también «honorables» ministros de la Corte la procedencia de la Constitución, para pararle bola al torbellino de Celaya, que con toda la parentela de hecho siempre han estado en el año de Hidalgo y no dejan ni una pa' comadre, desde transportes, constructoras, pavimentadoras, playas paradisíacas en cotos para retiros de lujo (o clavos, como solía decirse) y todo lo que se les atraviese.

Pero como no hay peor lucha que la que no se hace, la fracción parlamentaria del PRD propondrá a toro pasado (más vale tarde que nunca) una reforma en materia aduanera que combata el contrabando de productos agropecuarios provenientes en especial de Estados Unidos.

De repente y a inicio del año electorero, el diputado Francisco Mora Ciprés le encontró parches mal pegados y hoyos al «blindaje agropecuario» y hasta ahora que se dan cuenta de que todo lo que chorreaba es miel, piensan en la urgencia de impulsar una reforma a las leyes aduaneras para frenar la entrada ilegal de carne, lácteos y granos provenientes de Estados Unidos.

Después de que las propias autoridades sanitarias del vecino país hicieron público el  trochil de las importaciones de alimentos. Dicen que el legislador del Partido de la Revolución Democrática al calor de los brindis de año nuevo alzó la copa frente a la alegre tropa desbordante de risa y de contento, los inundó en la luz de una mirada, sacudió su melena alborotada y dijo así, con inspirado acento: «Este año que termina se tuvieron diversos casos de productos contaminados y riesgos epidemiológicos, como la leche usada para fabricar chocolates, la llamada gripe de los pollos que pensaron sólo afectaría al Instituto Nacional de Migración por los polleros, así como el mal de las «vacas locas», que en un principio se confundieron con las seguidoras de la diputada Lola Padierna y que formaban el grupo de animadoras como las Vaqueritas de Dallas del mariscal de campo Bejarano.

Por lo que es urgente una reforma profunda al sistema aduanero mexicano, el cual permite lo mismo el ingreso sin revisión sanitaria y sin pago de impuestos de carne de cerdo o pavo con varios años de congelamiento, o bien maíz transgénico contaminado».

Entrevistado el iluminado legislador, descubridor del hilo negro, expuso que en las aduanas del país reside gran parte del problema y la crisis que vive el campo mexicano, debido al inmenso contrabando y al margen del Tratado de Libre Comercio para América del Norte ha solapado el ingreso de alimentos de contrabando y de pésima calidad. Encrespado agregó: «La reforma que propondremos, para que se discuta en el próximo periodo de sesiones, plantea un nuevo enfoque de revisión, ingreso, instalación de laboratorios y puntos de vigilancia, sobre todo para los cárnicos, y no permitir más el ingreso de desechos».

Y recargando en la suerte siguió el indignado e ingenuo legislador: «Eso es lo que queremos que se regule, que las aduanas y fronteras no sigan siendo negocio para las empresas harineras, galleteras, avícolas, entre otras, que compran de contrabando maíz amarillo de pésima calidad a un precio muy bajo en Estados Unidos, en donde esos granos están prohibidos para el consumo humano».

Todavía no terminaba el «requiéscat» por el año cuando ya la revista «Proceso» en su edición del día 2 de enero publicaba un reportaje del magnifico periodista José Gil Olmos,  calificando a las aduanas como negocio en expansión en el que para información del impulsivo e ilusorio diputado dice: «La Dirección General de Aduanas se ha beneficiado directamente de los sobornos millonarios que reciben por la introducción de mercancía ilegal y por extorsiones a diversos importadores. La impunidad de estas prácticas está garantizada mediante una red de complicidades en la que participan funcionarios y familiares del actual director general de Aduanas, José Guzmán Montalvo.

Entre éstos se cuentan su hermano Alejandro y su tío Rafael Montalvo, quienes se encargan de comercializar la mercancía ilegal a través de empresas como la agencia aduanal Montalvo y Montalvo, S.C. Según la propia investigación, incluso agrupaciones asistenciales como la Fundación Vamos México fueron beneficiadas, de manera indirecta, por los manejos de Guzmán Montalvo, pues recibieron donativos de bienes embargados por la Dirección General de Aduanas en un proceso que legalmente le corresponde sólo a la Secretaría de Hacienda».

La raza mordaz y  dicharachera que todavía atiende y consiente la cruda por el año que se inicia, agarrando vuelo para la cuesta de enero, se echan las ostras a la salud de otra probable controversia Constitucional por modificación a la legislación aduanera y dicen muertos de risa: ¡ESCUPE LUPE QUE NO ES BOMBON!  

Redacción Azteca 21

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