Un par de discos de huapango, que son más que un verdadero deleite
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Un disco
huapanguero de antología
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
Ciudad de México. 30 de diciembre de 2004. "Los Camperos de Valles son un trío de músicos y cantantes de la Huasteca; sin duda alguna, el mejor", señala Eduardo Llerenas en la presentación del disco compacto "El Triunfo", editado por Discos Corasón en 1992, donde el trío huasteco da muestras de su magistral dominio de su arte.
Con el paso del tiempo, la afirmación de Llerenas ha cobrado mayor relevancia, como queda claro al escuchar a estos músicos interpretar sus sones, en los que el sentimiento y el virtuosismo van de la mano, logrando transmitir al que los escucha toda la magia y alegría que se reúnen en el huapango, la fiesta tradicional huasteca.
En el disco compacto mencionado, Los Camperos de Valles dan vida a "El cielito lindo", "Las flores", "La rosa", "El San Lorenzo", "El gallo", "La huasanga", "El llorar", "El guajolote", "La azucena", "El aguanieve", "La pasión", "El fandanguito", "Las conchitas", "El sacamandú", "El ausente" y "El triunfo", son que da título al disco.
Vale la pena señalar que este disco no sólo muestra el talento y virtuosismo de estos músicos mexicanos, sino también la riqueza y diversidad de esta expresión musical, que tiene profundas raíces en toda la región huasteca y en otras partes del país.
Así, discos como este se vuelven documentos de gran valor testimonial para el estudio y conocimiento de nuestra música tradicional —sobre todo si pensamos que, en este caso, ya no toca ese mago del violín llamado Heliodoro Copado—, una joya más del tesoro cultural que distingue a nuestro país en el mundo.
En "The Muse", disco editado por Corasón en 1995, se dan cita dos grandes del son huasteco: Los Camperos de Valles y Serapio "El Güero" Nieto, legendario trovador, lo que le confiere a esta grabación un valor adicional.
"Los trovadores no son habitualmente músicos de huapango, sino que son amantes de la composición y el canto de coplas en un ambiente que la misma tradición ha generado; sus versos nacen para producir un placer instantáneo, pasando casi en seguida al olvido de la espontaneidad que los creó. Dentro de esta dinámica, ‘el Güero' Nieto representa una excepción única. Su trova, a pesar de que él nunca acepta ninguna calidad de profesional, encarna la calidad y el impacto que la comunidad huapanguera — músicos y escuchas— desea. Así, sus versos han trascendido la breve temporalidad habitual para ser aprendidos y repetidos por los músicos presentes, quienes los empiezan a cantar en actuaciones siguientes por toda la Huasteca", indica Mary Farquharson en el texto que acompaña al disco.
De este modo, "The Muse" reúne "La petenera" (La vuelta al reino extranjero), "La viuda" (El enfermo y el doctor I), "El borracho" (El enfermo y el doctor II), "El sombrerito" (El enfermo y el doctor III), "El sacamandú" (Honor de Tamaulipas a las Tres Huastecas), "La presumida" (Los brincos de la mujer), "La pasión" (San Luis con sus diez vecinos), "La huasanga" (Etapas de la vida I), "El aguanieve" (Etapas de la vida II), "El gustito" (Etapas de la vida III), "El perdiguero" (Las mentiras de Juan Pérez), "El taconcito" (Las tres Huastecas)y "El gusto" (El talegón), todas creaciones de Serapio Nieto.
Escuchar estos discos de Los Camperos de Valles —junto con el de "La pasión", editado este año que fenece también por Corasón— representa algo más que un verdadero deleite musical: es una comunión con una de las expresiones artísticas tradicionales más auténticas de nuestro país, el son huasteco, otro de los regalos que México ha hecho al mundo. Y del que cabe sentirse plenamente orgullosos. Escúchelos y comprobará que lo que digo es verdad.