Rompen el sueño de las “Chivas”

Los rojinegros se llevaron
el gato al agua

El Universal

El Atlas jugó un primer tiempo de agasajo y aprovechó que Palencia falló un penalti y Oswaldo regaló un gol, para calificar

Lunes 29 de noviembre de 2004.- Guadalajara, Jalisco.- Cuando terminó la pesadilla del jueves (0-1 en favor del Atlas), las Chivas pretendieron darle vuelta a la página. Memorables volteretas en añejas Liguillas cultivó el Guadalajara a partir de ese día y de esos sueños rojiblancos se llenó ayer el Estadio Jalisco. Al menos hasta poco antes del silbatazo inicial.

Pero no. El clásico tapatío fue todo rojinegro… de ida y vuelta.

En 23 minutos el Atlas apagó la luz de la esperanza a la que el Rebaño quiso aferrarse.

La fórmula del éxito margarita quedó manifiesta en la verticalidad de su juego, en la contundencia del brasileño De Pinho, en el penalti que voló Palencia y en la costosa pifia de Oswaldo Sánchez, contagiado por el desánimo que invadió al Guadalajara.

El primer golpe pesado, mareador cayó al minuto 5, cuando Carlos María Morales incursionó por izquierda y filtró para Robert de Pinho, quien con la marca de dos hombres buscó el espacio y sacó tiro cruzado, por abajo, a la izquierda de Oswaldo.

Pero la clave estuvo instantes después en los botines de Juan Francisco Palencia.

Seis minutos más tarde, Juan Manuel García Zavala cargó al Bofo dentro del área. Palencia pidió el balón y desperdició el penalti al proyectar el balón encima del marco de Pérez.

Luego, el pundonoroso futbolista se llevó las manos al rostro, entre ansiedad y desilusión.

El Atlas aprovechó la contagiosa frustración y con dos latigazos futboleros mató al Rebaño.

Primero, al 20`, Juan Pablo Loquito García abrió a la derecha para la incorporación de Morales, desde donde proyectó un centro a segundo poste que el propio García cabeceó solitario para el 20 (3-0 global).

Tres minutos después, Oswaldo salió del área para despejar, mas el legendario arquero rebanó el balón y eso lo aprovechó De Pinho para fusilar…

La inspiración rojinegra enmudeció a los chivistas, resignados a la eliminación.

Resurrección

En el complemento, el Guadalajara encaró el partido con la obligación de marcar cinco goles u olvidarse de la fiesta.

Mas el despertar llegó demasiado tarde…

Pasaron 66 minutos para que Alberto Medina venciera al fin al arquero Antonio Pérez. El instante ayudó para que Chivas se lanzara con todo.

Al 74`, Sabah martilló un centro de Bravo por izquierda y volvió a sacudir las redes rojinegras.

Todavía el "Maza" y Bravo animaron la agonía, ante el coro "¡sí se puede!" que alentó la reanimada afición Chiva.

Ya en el suspiro final, la expulsión de Rafael Medina no contuvo a las entregadas Chivas, que en tiempo de compensación igualaron el encuentro (3-3) vía Sabah (4-3 global para el Atlas).

La embestida no bastó y el grito rojinegro contradijo a los soñadores…

"¡No se pudo, no se pudo, no se pudo!"

Redacción Azteca 21

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