El amor y sus alrededores

Fisher revela con exactitud
qué experimentamos
cuando nos enamoramos,

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Una variación más del tema eterno

Ciudad de México. 5 de septiembre de 2004. El amor siempre es un tema que despierta interés y no en pocas ocasiones ha sido objeto de polémicas y discusiones. No por nada han escrito acerca de él, Platón, Stendhal y muchos otros escritores y pensadores. Hay muchas maneras de sentirlo, de expresarlo, de vivirlo, de reflexionarlo, de abordarlo, de aprehenderlo, de escribirlo.

El amor es un sentimiento que por naturaleza resulta prácticamente indefinible, a pesar de que existen miles de definiciones, como las que a continuación transcribo, tomadas de un diccionario Larousse: "Sentimiento que inclina el ánimo hacia lo que le place. Sentimiento apasionado hacia una persona de otro sexo…". Mejor detengo mi búsqueda de definiciones, porque no salen muy bien libradas que digamos.

Pero el amor es así, inasible y huidizo, repentino y premeditado, necesario y volátil, motivo y tema eterno; el amor es tantas cosas como tantas otras que no es. El amor es distinto, dependiendo quién lo defina, quién lo experimente, quién lo clasifique. Todo o nada, el amor es posmoderno y tan antiguo como el hombre mismo.

Pues bien, del amor y sus alrededores trata el libro de Helen Fisher, "Por qué amamos", editado recientemente por Taurus, en el que la autora le entra al tema desde una perspectiva completamente científica, innovadora.

La antropóloga norteamericana ofrece en este libro una nueva visión de dicho fenómeno universal basada en un estudio científico que llevó a cabo junto con un equipo multidisciplinario de investigadores, con los que consiguió demostrar lo que los psicólogos sólo sospechaban: cuando alguien se enamora, se "encienden" unas zonas concretas del cerebro por un aumento del flujo sanguíneo. A partir de estos resultados concluyeron que la pasión romántica está muy ligada al cerebro. No es una emoción, sino un instinto tan fuerte como el hambre.

Además, Fisher revela con exactitud qué experimentamos cuando nos enamoramos, por qué elegimos a una persona y no a otra, y cómo el amor romántico afecta biológicamente al impulso sexual y a los sentimientos de atracción por el otro.

La autora también expone las diferencias entre el cerebro femenino y el masculino, y lo que esto implica para nuestra forma de amar. Asimismo, brinda sugerencias concretas sobre cómo controlar esta pasión ancestral y explora con optimismo el futuro de este sentimiento maravilloso que, afortunadamente y a pesar de las veleidades de la vida actual, no está en peligro de extinción. Un libro que se lee con interés y que resulta sumamente placentero. Y si no es así, es que le falta amar o amor. Léalo y verá.

Leave a Reply