El pensamiento poético de Octavio Paz, a seis años de su muerte
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Del Toro, Amara,
Castañón y López leyeron a Paz
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Ciudad de México. 12 de agosto de 2004. "Voy a concentrar mi intervención sobre el tema que nos convoca esta noche, ‘El pensamiento poético de Octavio Paz’, a partir de la lectura de tres de sus libros: ‘El arco y la lira’, ‘Los hijos del limo’ y ‘Corriente alterna’, en los que me parece que Paz centra su atención en el papel del poeta moderno como un poeta crítico", afirmó Luigi Amara durante el inicio de la segunda mesa redonda celebrada esta noche en la Casa del Poeta "Ramón López Velarde" para reflexionar sobre la obra del premio Nobel de literatura mexicano, a seis años de su muerte.
Agregó que, en este sentido, Paz continúa una tradición que va desde Baudelaire hasta Villaurrutia. "Me parece un punto medular de su pensamiento, la conciencia de que al escribir el poeta hace una crítica del lenguaje y de la realidad. ¿Cuál es la función del poeta en una sociedad como la nuestra? Escribir poesía haciendo crítica del lenguaje y de ahí a la realidad, que tiene por supuesto muchas interpretaciones", señaló.
Indicó que otro aspecto valioso de Paz es su idea de la tradición, de la poética en particular y que "Corriente alterna" es, desde su punto de vista, un libro mucho más interesante en su forma y en su carácter misceláneo que algo más estructurado como "El arco y la lira". "Encontramos un Paz aforístico, que lanza ideas muy luminosas entrelíneas. Hay ahí un ensayo, ‘¿Qué nombra la poesía?’, donde resume una idea que repite en otros lados. Creo que él da una respuesta extraña e incitante a la vez, donde la referencia es un universo verbal. Para Paz, el poema sería una traducción de ese universo de signos, una aproximación a esa realidad verbal, analógica, una especie de espejo", puntualizó.
Por su parte, Adolfo Castañón dijo que el discurso poético teórico de Paz está muy preocupado por no perder la idea de la unidad del mundo, como si el mundo, la historia, se pudieran leer como se lee un poema. Añadió que le llama la atención un tema: la continuidad de Mallarmé en la tradición mexicana, desde "Cuestiones estéticas", de Alfonso Reyes, hasta la visión de Octavio Paz. "Sobre la figura de Mallarmé en Paz hay mucho que decir", aseguró. Además, subrayó que la poética de Paz está dispersa, "incluso en sus artículos políticos".
"El ‘El arco y la lira’ le da Paz al poeta el papel de taumaturgo, mago, profeta; busca ubicar el lugar del cantor, del canto. Sostengo la hipótesis de que la poesía de Octavio Paz está inspirada en la idea del poeta como mago y sacerdote, sobre todo en el inicio de su obra se veía como mago, como un manipulador de las palabras. El lugar del canto sería el lugar de lo sagrado; así adquiere una visión analógica", explicó.
Castañón recordó que Julio Cortázar recibió efusivamente en 1956 la aparición de "El arco y la lira" y señaló que valdría la pena analizar la suerte editorial de este título y la de "Los hijos del limo", pues quizá sólo en América Latina han tenido muchas reediciones y han sido leídos ampliamente.
Mencionó además la importancia que desempeñó la traducción en la visión de Paz. "Escribir poemas, reflexionar sobre escribir poemas y traducir poemas le confiere una especie de gramática de la experiencia poética", concluyó.
A su vez, Carlos López Beltrán comentó que deseaba compartir con los asistentes sus reacciones ante la relectura de los libros teóricos, reflexivos de Paz sobre la poesía. "Personalmente, siempre he sido un lector arisco, y me sentí incómodo ante los libros teóricos de Paz, con la sensación de quedar atrapado, poseído, seducido por estos textos de un mago que esconde sus trucos, con la incomodidad de no descubrir los trucos", indicó.
Señaló que regresó a tres libros de Paz: "El arco y la lira", de 1956, "Los hijos del limo", de 1974, y "La otra voz", de 1990, en los que encontró una metafísica de la poesía y lo poético, donde Paz expone y amplía su mitología personal, así como una serie de premisas fundacionales poco desarrolladas. "Descubrí la estrategia de Paz de decir lo que no es una cosa, no lo que es; la imagen como el imán del poema. Al repetir afirmaciones, evita explicar las cosas", aseguró.
Ante un auditorio en el que abundaban poetas como Víctor Baca, Eduardo Hurtado, Hernán Bravo Varela, María Rivera, Armando González Torres, el crítico literario Anthony Stanton y el pintor Roberto Rébora, López Beltrán manifestó que la relectura de los tres libros mencionados fue una aventura emocionante, "la emoción de encontrar que fueron escritos con virtuosismo, con la lucidez de Paz; no obstante, esto no me impidió realizar una lectura crítica. Mi incomodidad con Octavio Paz es, pienso, producto de su incomodidad con nuestro tiempo", finalizó.
El ciclo "Octavio Paz: a seis años de su muerte", organizado por Antonio Deltoro, concluye el próximo jueves 26 en el Café-bar "Las Hormigas", de la Casa del Poeta, con la mesa redonda "Octavio Paz en la vida cultural mexicana", en la que participarán Roger Bartra, Christopher Domínguez Michael y Armando González Torres. No se la pierda, promete ser un fin de ciclo memorable. La cita es a las 19 horas.