Federico Campbell, una presencia fecunda en la literatura mexicana

El autor fue requerido
por sus admiradores
para dar autógrafos

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 15 de julio de 2004. "A Federico Campbell lo conozco desde inicios de los setenta, nos presentó el poeta y dramaturgo Ignacio Hernández, en la esquina de Insurgentes y Porfirio Díaz, cuando Federico hacía los pequeños libros de ‘La máquina de escribir’, que ahora se han convertido en verdaderas joyas bibliográficas, decorosamente editados, donde aparecieron títulos de Jorge Aguilar Mora, el primero de Coral Bracho, un cuento de Juan Villoro, Carlos Chimal y yo mismo publiqué un librito. Su presencia en la literatura mexicana y en el periodismo ha sido múltiple y muy fecunda", señaló David Huerta durante la presentación de "Conversaciones con escritores", libro de entrevistas de Federico Campbell, en la "Casa Refugio Citlaltépetl", de esta ciudad.

Agregó que recientemente leyó una reseña de Campbell donde se advierte la maestría del escritor, misma que, consideró Huerta, es un modelo perfecto que debería ser usado en las escuelas de periodismo. Además, destacó la personalidad literaria del autor, "uno de los grandes escritores que hay en México, personalidad literaria que recorre de punta a cabo este libro dual, ‘Conversaciones con escritores’, dedicado a tres maestros de Federico Campbell: Juan José Arreola, Fernando Benítez y Leonardo Sciascia".

Por su parte, Arturo Cantú indicó: "Campbell, que es un escritor, inventa ser un entrevistador, y los escritores inventan ser unos escritores entrevistados, pero como la entrevista es un género menor, todos están más sueltos, y muchas veces dicen cosas más interesantes que cuando escriben sus libros".

El crítico literario añadió: "Me da gusto estar aquí y compartir con ustedes las primicias de esta edición corregida y aumentada de aquellas entrevistas. Como en las novelas de formación y aprendizaje, que al paso del tiempo acaban en Ulises o algo así, después de todos estos años, Federico Campbell ha acabado por ser, al fin, Federico Campbell".

Finalmente, José Ángel Domínguez, moderador de la presentación, dio la palabra al autor, quien agradeció a los asistentes su presencia, así como a David Huerta y Arturo Cantú. "Yo no preparé palabras, les digo lo que se me ocurre en este instante acerca de mis entrevistas de juventud, de aprendizaje, realizadas muchas de ellas en 1970, en Barcelona, y que de algún modo fueron una especie de sustituto de la escuela de letras a la que no pude asistir por diversas razones", aseguró.

El también autor de "Transpeninsular" manifestó que entonces tenía 29 años y trabajaba como traductor en ‘Seix Barral’. "Barcelona vivía un gran momento, allí vivían Sergio Pitol, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa… Se realizaban presentaciones casi todos los días, presididas por personalidades de la cultura española del momento, como Carlos Barral, uno de los pocos poetas, junto con Octavio Paz, que sabían hablar admirablemente en público", afirmó.

"Fundí ‘Infame turba’ y ‘Conversaciones con escritores’, de 1972, pero ahora que los revisé le quité once entrevistas al primero, al segundo le quité cuatro o cinco y me quedé con las que me gustan, además cierro con la entrevista que le hice a Leonardo Sciascia, en Palermo, en 1985", puntualizó.

"Conversaciones con escritores", de Federico Campbell, editado este año por la Dirección General de Publicaciones del CONACULTA en su colección "Sello Bermejo", incluye entrevistas con los escritores José Carlos Becerra, Héctor Manjarrez, Juan José Arreola, Eduardo Lizalde, Jaime Augusto Shelley, Homero Aridjis, Jorge Aguilar Mora, Fernando Benítez, Sergio Fernández, Félix de Azúa, Manuel Vázquez Montalbán, Luis Goytisolo, Juan Marsé, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Juan Benet, Carmen Martín Gaite, Ángel González, Claude Fell, Gabriel Ferrater, entre otros.

Federico Campbell

Nació en Tijuana en 1941. Es autor de cuatro novelas: "Todo lo de las focas", "Pretexta o el cronista enmascarado", "Transpeninsular" y "La clave Morse"; de un libro de relatos: "Los Brothers"; una crónica siciliana: "La memoria de Sciascia", y una especie de diario literario: "Post scriptum triste". En 1995 obtuvo la "Beca Guggenheim".
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